Una lista de la propia compañía hasta marzo da cuenta de que la filial más importante de la estatal suma adeudos con 146 compañías, incluidos grandes proveedores como las estadounidenses Halliburton y Schlumberger y las mexicanas Perfolat y Cotemar.
La empresa tiene adeudos con las dos primeras por 1,954 millones de pesos y 1,204 millones de pesos, respectivamente.
En el segundo semestre del año pasado, la compañía llevó a cabo un proceso de renegociación con cerca de 100 compañías para aumentar su tiempo de pago a 180 días y bajar los montos de pago en hasta 25%, de acuerdo con fuentes al interior de la compañía.
El límite que tiene la empresa para finiquitar sus adeudos correspondientes al año pasado es este mes de abril, de acuerdo con el documento. El listado también incluye una deuda con el sindicato de trabajadores de la petrolera por casi 106 millones de pesos.
El adeudo que Pemex Exploración y Producción mantiene con sus proveedores y contratistas equivale a cerca del 50% del presupuesto que se le recortó a la división para intentar sortear la crisis por el coronavirus, equivalente a 40,500 millones de pesos y que fue anunciado en abril pasado.
Pemex fue consultada para conocer el estado actual de las deudas con proveedores, pero hasta la publicación de este artículo no emitió comentarios. Varios de los proveedores a los que la petrolera adeuda fueron consultados por Expansión, pero prefirieron no pronunciarse sobre el tema.
La petrolera arrastra una serie de problemas financieros, que se acentuaron con la emergencia sanitaria, que ha afectado en efecto dominó al resto de jugadores de la industria, que en su mayoría desarrollan sus actividades a la sombra del gigante estatal.
En total, al tomar en cuenta los primeros tres meses del año, Pemex Exploración y Producción suma cuentas por 55,627 millones de pesos a pagar a sus proveedores y contratistas, entre facturadas y algunos trabajos pendientes de facturación.
Los analistas del sector han advertido que la crisis financiera de la compañía podría afectar en gran medida a sus proveedores, sobre todo las empresas nacionales ubicadas en la zona petrolera del sur del país.
La falta de pagos a las compañías no es algo nuevo. Ya durante el sexenio pasado estas empresas vivieron una crisis derivada de la baja repentina en los precios internacionales del petróleo entre 2014 y 2016 y a inicios del actual sexenio, en 2019, vieron una pausa en sus pagos debido a una revisión de contratos por parte del gobierno del presidente López Obrador.
Pero la crisis por coronavirus y una lenta recuperación dentro de la petrolera nacional amenaza con poner aún más en jaque a la industria que acumula años sin ver el boom prometido con la reforma energética.
