“Vemos con buenos ojos esta transacción y el mercado lo terminó confirmando. Aunque se venía especulando desde hace mucho tiempo, hoy la sinergia llega para generar una mayor liquidez y solvencia a lago plazo para la compañía mexicana”, explica Valentín Mendoza, subdirector de análisis bursátil de Grupo Financiero Banorte.
Con esta transacción, Televisa recibirá 4,800 millones de dólares de Univision. La alianza Televisa-Univision será financiada con una ronda de inversión serie C liderada por el banco japonés Softbank de 1,000 millones de dólares, en la que también participaron Google, The Raine Group y ForeLight, y con los 2,100 millones en compromisos de deuda coordinados por J.P. Morgan.
El analista asegura que la compañía tomará nuevas dimensiones desde el punto de vista financiero, pero también en cuanto a modelo de negocio, pues se trata de una transformación inevitable para garantizar su futuro en un mercado de 600 millones de personas en todo el mundo que, de acuerdo con los directivos del gigante de medios mexicano, está desatendido.
En 2022, la nueva Televisa-Univisión lanzará una plataforma que ofrecerá contenido de video a través de internet. “Hay potencial. Esta transacción tiene todo el sentido cuando entendemos que solo 10% de la población hispana tiene acceso a una plataforma OTT, a comparación del 75% del mercado anglosajón. El reto aquí es la competencia y la calidad de las producciones”, refiere Valentín Mendoza.
Una historia de telenovela
Así como los melodramas televisivos, todo inició con un sueño del protagonista de la historia. En la década de los 60, Emilio Azcárraga Vidaurreta, abuelo de Azcárraga Jean, decidió extender su conglomerado Telesistema Mexicano —que adopta el nombre de Televisa en 1973— a Estados Unidos y compró una serie de estaciones en ese país para iniciar el proceso de exportación de programación que se hacía en México. La primera transacción la hizo en San Antonio, Texas, una emisora que ya difundía programas en español, pero que estaba en bancarrota.
“Junto con unos prestanombres norteamericanos compró esa estación en 1961, esto era importante porque según las leyes norteamericanas, un extranjero no puede ser dueño de más de 25% de una estación de televisión o de radio en Estados Unidos”, explica Andrew Paxman, autor de ‘El Tigre’, una biografía de Emilio Azcárraga Milmo, hijo de Azcárraga Vidaurreta.