A medida que la industria enfrenta un cambio estructural hacia los vehículos eléctricos y una mayor integración tecnológica, España debe competir con Alemania y Francia para revisar las cadenas de suministro y reorganizar sus bases de producción.
Con la nueva inversión, que forma parte de un paquete de 13,000 millones de euros destinados a la movilidad sostenible, Sánchez espera que la contribución del sector a la producción económica alcance el 15% en 2030, frente al 10% actual.
El programa podría estimular la creación de hasta 140,000 nuevos puestos de trabajo y dar un impulso a la economía nacional de entre el 1% y el 1.7%, según las previsiones del Gobierno.
Su objetivo es que el número de nuevos vehículos eléctricos matriculados alcance los 250,000 en 2023, un gran avance respecto a los 18,000 registrados en 2020, gracias a las iniciativas patrocinadas por el Gobierno para comprar coches menos contaminantes y multiplicar las estaciones de recarga.
España, uno de los principales beneficiarios de un plan de recuperación de 750,000 millones de euros de la Unión Europea, obtendrá unos 70,000 millones de euros en subvenciones hasta 2026 para ayudar a reactivar su economía, muy afectada por la crisis de COVID-19.
Aunque son pocos los licitadores del sector privado que han manifestado públicamente su deseo de obtener una parte de los fondos, la marca de origen español Seat, ahora propiedad de Volkswagen, y la empresa de servicios públicos Iberdrola han formado una alianza para elaborar una oferta.
Su participación se enmarcaría en un proyecto más amplio, que abarca todos los elementos de la producción de vehículos eléctricos, desde la extracción hasta la producción de baterías y la fabricación de un vehículo acabado en la planta de montaje de Seat en las afueras de Barcelona.