En América Latina el número promedio de consultoras que comparten contenidos aumentó en más de 350%, y los pedidos a través de más de 1.3 millones de tiendas virtuales en la región crecieron 80%, de acuerdo con datos de la empresa.
Aún con estos esfuerzos, la industria de la venta directa en México en total cayó 1.7% en 2020 frente al año anterior y cerró el año con ventas por 89,376 millones de pesos, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Ventas Directas (AMVD).
Aún con las limitantes por la pandemia, las ventas de persona a persona, es decir las que generan las consultoras y consultores, representan 84% del total, seguidas de 15% por las reuniones, ahora digitales, y el restante 9% es a través de canales de comercio electrónico.
“Ya todas las marcas que venden por catálogo, al menos las de productos de belleza, tienen servicio por WhatsApp, redes sociales y telefónica. Todas tienen mensajería y algunas cuentan con envíos a distintos clientes en un mismo pedido. Muchas ya tienen canal de YouTube con lanzamiento y material de apoyo”, comenta Morelos.
El poder de las redes sociales
Las marcas han echado a andar las capacidades digitales, pero las vendedoras también han sido quienes han impulsado las ventas a través de redes sociales. Perla Martínez, que comercializa diferentes marcas, desde zapatos hasta productos para el hogar, ha encontrado en Facebook la mejor plataforma de ventas.
En un grupo privado, Martínez realiza subastas, expone los productos disponibles de marcas como Ilusión, Tupperware, Andrea o Betterware. A través de su grupo, mantiene contacto con sus clientes de siempre e invita a nuevos compradores a quienes incentiva con promociones y presentaciones en vivo.
Este canal le ha permitido duplicar sus ventas desde que empezó la pandemia, porque se ha desarrollado una cadena en la que los clientes habituales suman al grupo a otras personas que desean comprar algún producto específico.
Juana Rincón, la consultora de Mary Kay, se promociona por los estados de WhatsApp e Instagram. Sus contactos de ambas redes sociales saben que un día a la semana la vendedora ofrece promociones, otro día consultas o comparte el color del día que permiten mantener la expectativa con sus compradores.
“Uno va buscando la manera. Empezamos a utilizar todo esto sin saber nada. En las reuniones semanales en videollamada con las compañeras nos explicamos, nos damos consejos y nos animamos. Tenemos un núcleo muy, muy fuerte porque trabajamos de una forma muy humana, muy de contacto y nos hemos ayudado a pasar la pandemia”, comparte.