Hasta ahora, Seat había sobrellevado la crisis con la priorización de la producción de vehículos más pequeños y más modestos y, por tanto, los menos demandantes de tecnología. Pero tras sobrellevar el déficit de chips, la marca española propiedad de Grupo Volkswagen finalmente tuvo que parar la producción.
Este es el segundo paro que realiza debido a la escasez del producto. A finales de junio también detuvo la producción durante tres días en su planta española para ganar tiempo.
En estos momentos, toda la presión está sobre los responsables de compras y logística, que buscan los semiconductores necesarios para los diferentes componentes que los utilizan en un vehículo, como pantallas que gobiernan el navegador y el equipo multimedia del vehículo, o la columna de dirección.
Grupo Volkswagen está intentando gestionar la escasez desde enero pasado e incluso dijo que esperaba que la situación mejorara a finales de año. Pero los últimos confinamientos en países asiáticos están agravando la escasez.
Los rebrotes de coronavirus entre trabajadores del puerto de Yantián (sur de China), el mayor del mundo entre los que tienen una única terminal de contenedores, está provocando problemas de atascos de buques de carga e incertidumbre en la industria logística. Además, la demanda por parte de los fabricantes de dispositivos electrónicos continúa debido a que un gran número de personas alrededor del mundo continúan trabajando y estudiando desde casa.
A casi nueve meses, la escasez continua y los fabricantes continuan con problemas en su producción. Los analistas ya habían proyectado que la oferta de semiconductores continuará siendo escasa a lo largo de este año y se extendería hacia 2022.