Desde que la pandemia paralizó las plantas de vehículos a principios de 2020, los fabricantes de vehículos no han podido restablecer el equilibrio en sus cadenas de suministro. A los paros de plantas y cierres de concesionarios, siguió una escasez de contenedores que obligó a las armadoras a echar mano del transporte aéreo para poder traer refacciones. Al mismo tiempo, un desabasto global de semiconductores limitó la disponibilidad de vehículos, mientras que la inflación obligó a los fabricantes a elevar los precios.
Valladares considera todos estos factores dentro de sus pronósticos, los cuales cambian constantemente conforme nuevos fenómenos surgen alrededor del mundo. El último de ellos ha sido la invasión de Rusia en Ucrania, que prendió nuevamente las alertas de los fabricantes por una potencial escasez de gas neón para microchips, paladio para convertidores catalíticos y mineral de níquel para baterías de iones de litio.
"No tenemos coches para vender"
Durante el año y medio que ha estado al frente del área de finanzas de Mazda, Valladares ha tenido que mantener varias pelotas en el aire. "Igual que la pandemia, la escasez de semiconductores parecía cosa de un mes, pero luego se extendió por dos, tres, cuatro meses... Y cuando estas así de 'qué mas puede pasar', algo nuevo surge", dice.
A mediados de 2021, hubo un socavón cerca del puerto de Lázaro Cárdenas, Michoacán, lo cual impidió sacar los autos del puerto durante dos semanas. "Teníamos
un barco dando la vuelta con decenas de coches que no podía desembarcar", recuerda. Esto, sumado a la escasez global de semiconductores, recrudeció el desabasto de unidades en los pisos de venta.
En medio de este contexto Miguel Barbeyto, presidente de Mazda en México, pidió a los clientes que "tuvieran paciencia" con la entrega de autos. "En mis poco más de 20 años de experiencia en la industria automotriz nunca me había enfrentado con que la única solución sea esperar.... Estamos trabajando en diferentes estrategias para mantener a los clientes satisfechos", dijo Barbeyto a principios de septiembre de 2021.
Para mantener a flote las finanzas, en un momento en el que los autos caen a cuentagotas, la compañía puso foco en el servicio posventa. Mazda lanzó varias alternativas –como Mazda Service at Home, Express y To Go– que buscaban motivar a los dueños de un modelo de la marca a regresar al concesionario para realizar los servicios. Incluso, la marca abrió estas iniciativas a los propietarios de vehículos de otras marcas.
“Nosotros vendemos coches, pero no podemos dejar caer toda la operación en el piso de venta. Hay un parque vehicular muy grande que requiere servicios. Y estos servicios tienen un costo”, dice Valladares.
Gracias a estas iniciativas, la marca logró que el porcentaje de clientes que regresa al concesionario para realizar un servicio fuera del 80%. Además, este ingreso permitió a los concesionarios de la marca –y a la filial mexicana de Mazda– mantener los costos operativos a flote en el momento más álgido de la escasez de chips.
A dos años de los primeros cierres de plantas armadoras y concesionarios por la pandemia, la industria automotriz continúa operando en medio de la incertidumbre. "Nosotros constantemente recibimos información de nuestro corporativo y constantemente estamos ajustando los escenarios. Ayer habíamos mandado un escenario a la 1:00 pm, pero a las 8:00 pm ya teníamos otro diferente", detalla.
2022
Mazda está por cerrar su año fiscal abril 2021-marzo 2022. "Aunque los objetivos en volumen no se cumplieron (debido a la escasez global de semiconductores), hemos tenido buenas estrategias que nos permitieron alcanzar nuestros objetivos de rentabilidad", dice Valladares.
Ella vislumbra que 2022 será "un año interesante", en el que la compañía espera incrementar su participación de mercado, que hoy asciende a 4.7%. "Nosotros tenemos que estar un paso adelante. Lo que es pasado ya lo resolvimos, ahora estamos viendo lo que va a pasar para poder ir adelante", concluye.