En marzo, los costos de transporte aéreo fueron 40% más altos que en 2021, mientras que las agencias de viaje ofrecieron tarifas 20% mayores. En el mismo periodo, los precios de los hoteles estuvieron un 11.6% arriba que en 2021 –incluso fueron mayores a la inflación general, de 7.45%–. Respecto a 2019, los vuelos son 29% más caros, mientras que las agencias tienen precios apenas 1% por arriba, y los hoteles ofrecen tarifas 2% inferiores.
Para los especialistas, los niveles de precios responden a una demanda motivada por la confianza de las personas para salir, sobre todo ante una mayor relajación de las restricciones aplicadas para evitar los contagios de COVID-19.
“Hace más de 30 días que compran los viajes de Semana Santa, y lo primero que vemos es que queda poca disponibilidad, a nivel de demanda se ve muy sostenida”, explica Alejandro Caligaris, country manager de la plataforma de viajes Despegar. “Hace tiempo que no teníamos semáforos verdes en todos los destinos; hoy la inflación afecta, pero todavía más los cierres por COVID”.
Además de los costos, el directivo considera que se está viendo a un viajero más cauteloso que antes de la pandemia en rubros como las condiciones y penalizaciones para cambio de boletos de avión.
No obstante, el rubro de precios –y en comparación con 2019, antes de la pandemia– varía de manera importante entre un mercado y otro.
¿Cuáles son los destinos más caros?
En la plataforma de viajes Kayak, por ejemplo, los destinos que han encarecido más también son algunos de los de mayor demanda, como Guadalajara (cuyos precios son 16.5% mayores que en 2019 para esta temporada vacacional), Monterrey (15.2%), Tijuana (5.5%) y Ciudad de México (0.3%), mientras que otros incluso han bajado, como es el caso de Puerto Vallarta, con precios 3.2% menores.
“Vemos que los viajeros mexicanos están entusiasmados por reanudar sus viajes en Semana Santa”, refiere Lise Vives, country manager de Kayak en México. “El interés sigue siendo hoy en día los destinos nacionales, al final los mexicanos buscan principalmente playa, pero también destinos cosmopolitas y coloniales”.
El rubro de precios ha readquirido tanta relevancia que se ha convertido en la principal razón para no vacacionar en Semana Santa.
De acuerdo con una encuesta de la firma PQR Planning Quant, mientras que en 2020 y 2021 el principal impedimento para viajar en este periodo fue el miedo a contagiarse de COVID-19 (según afirmaron 65% y 64% de los sondeados, respectivamente), para este año 62% afirma no tener dinero para salir, mientras que el COVID-19 pasó a tercer lugar como razón para no viajar, sólo por detrás de preferir otra temporada para vacacionar.
“La pandemia trajo efectos no solo de cuidados de salud, sino económicos. Eso, aunado a la inflación, hace que la restricción no sea de salud, sino económica”, explica Iván Castro, director de PQR Planning Quant. “A pesar de que existe impulso, necesidad y deseo, no salen por un tema financiero”.
Usualmente una manera de mitigar el impacto financiero de comprar un viaje ha sido a través de meses sin intereses. En el caso de Despegar, por ejemplo, un 70% de los usuarios se financia de esta manera, con plazos que oscilan entre los seis y los 12 meses, dependiendo de las promociones que ofrezcan los bancos, refiere Calligaris.
Para esta Semana Santa, los mexicanos apuntan a gastar un promedio de 9,300 pesos, según el sondeo de PQR Planning Quant.
“Puedes tener varios factores en juego. Naturalmente los precios pueden bajar según las temporadas, y también la frecuencia de vuelos, nuevas empresas y nuevas frecuencias por parte de las aerolíneas, pueden causar una baja de precios si incrementa la competencia en algunas rutas”, concluye Vives.