Tajín, hasta en el huevo. ¿Cómo la marca se volvió un ícono gastronómico?
En 1985, una camioneta visitaba las tiendas para vender chile en botellas con tapa de color verde. Desde entonces, Tajín se ha convertido en un ícono mexicano a nivel global. Esta es la historia.
“Yo desayuno huevo revuelto con Tajín y, desde que lo probé, jamás le he vuelto a poner sal a mis huevos”, confiesa Publio Adrianza Salaverría, quien preside el Consejo de Administración de Industrias Tajín. Pero este no es el único platillo que adereza el chile molido que se fabrica en la planta en Jalisco. También hay quienes lo esparcen sobre el arroz, la sopa y, por supuesto, la fruta, la cerveza y las botanas. La versatilidad que tiene el producto es justamente lo que ha impulsado el crecimiento de la marca Tajín en el mercado mexicano y en el extranjero.
La empresa que preside Horacio Fernández se fundó en diciembre de 1985 en Zapopan, Jalisco. Entonces, el producto se distribuía en una camioneta que visitaba las tiendas para vender las botellas con tapa de color verde y los colores de la bandera mexicana. El crecimiento de la marca ha sido gradual y fue hasta 1993 cuando se realizó el primer envío a Estados Unidos, que ahora es el segundo mercado más importante para la empresa, después de México.
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Con el nuevo milenio, vino también un cambio de imagen para Tajín y la expansión internacional. En el año 2000 la compañía mexicana arrancó las exportaciones de las salsas picantes por primera vez a Centroamérica, Europa, Asia y África. En la actualidad, la empresa tiene presencia en 65 países distintos, y este año comenzará a llevar su picor a Medio Oriente.
El mercado de salsas y especias cerró 2021 con ingresos por 1,955 millones de dólares en México, que llegarán a 2,710 millones de dólares en 2026, de acuerdo con proyecciones de la consultora Statista.
Industrias Tajín se ha abierto camino en el mercado mundial con una estrategia que combina la publicidad de boca en boca, con las redes sociales, en donde difunde contenido que muestra recetas que incorporan el producto como ingrediente.
"Tajín cambió el consumo de las frutas y verduras en México y este fenómeno se ha extendido en el mundo, en donde hemos cambiado algunos de los hábitos de los consumidores”, declara Adrianza Salaverría, el presidente del Consejo de Administración de Industrias Tajín. “En Medio Oriente ha sido interesante porque en una exposición hubo mucha insistencia de importantes empresarios para ser representantes y distribuidores. El uso del producto en frutas y verduras los tiene atrapados”, añade.
El polvo de Tajín no es una mezcla secreta, pero sí difícil de igualar. En redes sociales, como YouTube, existen diversas recetas para hacer el clásico polvo picosito Tajín, incluso, en los anaqueles hay botellas con un producto similar bajo la rúbrica de otras marcas.
Durante una visita a su planta, Industrias Tajín no dio detalles sobre su receta, pero sí reveló que es una mezcla de limón deshidratado, sal de mar y chiles secos: pasilla, ancho, guajillo y jalapeño.
En el mercado, la marca tiene siete presentaciones diferentes. Las tres primeras son en polvo: clásico, clásico sin sodio, de habanero y dulce. Las restantes son líquidas: clásico, chipotle y chamoy. Cada una de las botellas tiene un indicador de picor, que van de una a cuatro flamas de fuego.
Además de la receta, Industrias Tajin también ha encontrado una oportunidad para destacar en las presentaciones que ofrece. Los chiles en polvo se comercializan en sobres de 4 gramos, pequeñas botellas de 10, 45, 142, 400 y 907 gramos. Además de las líquidas de 14, 60 y 475 mililitros.
La compañía también vende una mezcla especial para escarchar vasos y paquetes de chiles secos, los mismos que utiliza para la elaboración de sus salsas. Para el comercio electrónico (y los mercados internacionales), se vende una caja con seis envases de diferentes sabores de salsas, en polvo y líquidas.
¿Cómo se produce el chile Tajín?
El chile Tajín se produce en un complejo ubicado en Tala, Jalisco, que la compañía inauguró el 6 de abril para responder a la demanda del producto. En ella, 400 empleados, distribuidos en dos turnos, fabrican 300 botellas de Tajín en polvo y líquido por minuto, es decir, 800,000 al día. El 50% de esta producción va a los mercados internacionales y el 50% restante es para el consumo local.
El área de producción se divide en cuatro niveles. El primero es el almacén de materia prima y empaques, en donde se realiza el abasto necesario para la producción final. Estos chiles ya pulverizados, junto con el resto de los ingredientes, pasan por un proceso de mezclado, para después llenar los contenedores de cada una de las líneas de producción para los diferentes sabores y formatos de las salsas.
Las salsas salen envasadas y después pasar diversos puntos de control, se coloca su etiqueta y pasan a los almacenes antes de salir a los diferentes centros de venta, desde tienditas hasta supermercados y mayoristas.