El local de 'la güera' no ha subido el precio de los tacos, que va desde los 12 hasta los 24 pesos, según la carne del taco, y por ahora no esperan hacerlo, a menos que haya un incremento en el pecio de la tortilla. Hasta ahora, el pequeño negocio ha absorbido el costo de los limones y también de la carne de res, que ha tenido un impacto menor, pero que también merma las ganancias de la taquería.
De acuerdo con datos del Inegi, en enero, el limón tuvo un alza de 66.7%. En los primeros días de febrero, el precio del limón en la Central de Abastos se ha estabilizado, pero también obedece a que los productores no los dejan madurar y los venden de un tamaño más pequeño, lo que suele ayudar a que haya más producto disponible y se eviten las abruptas alzas de precio, cuenta Lara.
#QuéPasóCon... El precio del limón y el aguacate
En Click Abasto, la tienda en línea en la que algunos locatarios de la Central de Abastos comercializan sus productos, el costal de limón agrio de 15 kilogramos se vende en 430 pesos, y el de limón sin semilla en 500 pesos.
Pero el limón no es el único insumo que ha sufrido los embates de la inflación. La carne de res aumentó 1.98% en enero, mientras que el pollo también aumentó 4.44%. Y los restauranteros siguen aguantando.
“No puedo subir el precio del menú. Si subo las comidas no vendo: aquí todos tenemos casi el mismo precio si lo doy más caro pierdo por competencia”, dice Ángeles Rodríguez, cocinera y administradora de una cocina económica en el mercado San Joaquín, en la colonia Peralvillo, quien ha resentido en mayor medida el aumento en el kilo del pollo, que adquiere en el mismo mercado.
Rodríguez cuenta que es el pollo uno de los productos que más cocina en sus guisados, y para aminorar el impacto en las ganancias de ‘El sazón de mamá’, el nombre de su cocina, ha optado por echar mano de la carne de cerdo o hacer platillos en los que el pollo suele ser más rendidor, como las tortitas o las rajas con crema.
Otro de los movimientos para amortiguar el costo de algunos insumos, como la pechuga de pollo, que en el mercado tiene un precio de 110 por kilogramo, ha sido separar los menús, y poner “a la carta” los guisos que llevan pechuga empanizada o milanesas de res, y ponerles un precio mayor al de la comida corrida, que cuesta 60 pesos.