Los costos del transporte marítimo se dispararon a raíz de la saturación de puertos y la escasez de contenedores y alcanzaron máximos históricos.
Un ejemplo de ello se vio en el comercio de contenedores de 20 pies (también conocidos como TEU) entre Shanghái y Rotterdam, que en 2019 tuvo un costo promedio de 1,543 dólares, y que para 2021 ya superaba por 11,300 dólares, de acuerdo con el World Container Index (WCI), elaborado por la firma Drewry Supply Chain Advisors.
Una tendencia similar se vio desde el puerto chino a otros destinos como Los Ángeles y Nueva York, y eventualmente fue uno de los factores que derivaron en el repunte de la inflación alrededor del mundo, junto al alza de los precios del combustible provocada por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Sin embargo, en semanas recientes esto ha cambiado. El transporte de contenedores entre Shanghái y Los Ángeles cayó 20%, una tendencia que se mantiene con otros destinos como Rotterdam.
Para los importadores mexicanos este efecto comienza a verse de manera colateral. En los principales puertos del país, como Manzanillo –la mayor puerta de entrada de contenedores de México– y Lázaro Cárdenas –clave para el comercio automotriz– la disminución de costos comienza a verse a raíz de la tendencia global, pero también de gestiones a nivel local.
“Hay una disminución en los costos de fletes marítimos, han venido bajando de a poco (…) Ha bajado porque se ha manejado mejor la operación portuaria en Estados Unidos y México, con menos días de estancia en los puertos, lo que ha permitido que se reduzcan los costos de los fletes”, explica Fernando Ruíz, director general del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce).
De acuerdo con el Comce, los tiempos de espera se han reducido de un umbral de 15 días de espera en los puertos mexicanos a un rango de nueve a 10 días. Sin embargo, lo ideal sería disminuir este plazo a un promedio de tres a cuatro días.
La disminución se ha logrado aun ante el incremento de 12.6% en el número de contenedores operados en Manzanillo entre enero y mayo de 2022 respecto al mismo periodo de 2019, pese a una saturación del recinto que precedía a la pandemia. En el caso de Lázaro Cárdenas, el incremento fue de 54.3% en el mismo periodo, según datos de la Coordinación General de Puertos y Marina Mercante.
“La alta demanda en México continúa y se debe dar un suficiente aviso previo sobre las reservas”, dijo DHL Global Forwarding en un reporte del 1 de julio, que recomendó solicitar servicios de transporte con una antelación de seis a siete semanas. “Vemos cierta estabilización de las tarifas con todos los operadores, que se extenderán hasta el tercer trimestre”.
Pero el reto que viene a mediano plazo es una probable recesión económica, que “sería difícil de evitar” para varios países, según dijo el Banco Mundial en un análisis el pasado junio. Para el comercio marítimo con México, esto se traduciría en una disminución de los volúmenes, aunque todo dependerá del desempeño que tenga Estados Unidos, que concentra alrededor de 80% de las exportaciones.
“Si no hay una recesión en Estados Unidos, ni tampoco en el mercado canadiense, eso para México es una buena noticia. Donde sí es más probable que la haya es en Europa, así como un menor crecimiento en Asia. Pero todo va a depender eso”, concluyó Ruíz.