El principal negocio de la compañía está en la generación renovable. Fue una de las principales ganadoras de las subastas eléctricas resultantes de la reforma del sexenio pasado. Pero, como el resto de las empresas del mercado eléctrico, los últimos años no han sido sencillos: los cambios regulatorios, las múltiples reformas y el silencio por parte del regulador han cambiado el negocio e inhibido su crecimiento. La italiana no ha visto grandes nuevos proyectos de generación eléctrica en los últimos años. Sus tres últimas centrales eólicas –ubicadas en Coahuila– continúan sin entrar en fase comercial porque no han recibido las autorizaciones necesarias.
Navarro lo reconoce, pero dice que eso no implica una parálisis de la compañía en el país. Enel se ha centrado en los últimos tiempos en desarrollar Enel X, su negocio de movilidad eléctrica y recién iniciado en 2018. Hace unos meses ganaron una licitación para el metrobús de la Ciudad de México y nuevos anuncios vendrán próximamente, adelanta. La mira de la italiana, en este segmento, está fijada en la movilidad eléctrica pública y tienen como plan electrificar el transporte público de otros estados del país. También impulsarán la generación distribuida. “Aquí [en Enel] nadie está parado”, dice en la entrevista.
La italiana reconoce que sus inversiones han disminuido, como naturalmente sucede cuando no hay nuevos grandes proyectos. Pero su director dice que, pese a ello, los flujos de inversión continúan para el mantenimiento de centrales y el resto de las líneas de negocio. La compañía no compartió sus cifras de inversión de los últimos años.
“Efectivamente venimos de una época de un crecimiento muy grande entre 2015, 2016 y 2020. Es cierto que durante los dos últimos años no hemos iniciado la construcción de nuevos proyectos, algo que esperamos hacer pronto”, cuenta. El gobierno federal no ha dado indicios de retomar algún mecanismo que permita la participación privada en el mercado de generación eléctrica, los permisos continúan siendo otorgados a cuentagotas y el foco se sigue manteniendo en el fortalecimiento a la estatal CFE. Y no hay ningún signo de que la estrategia cambie en lo que resta del sexenio. “Ningún sitio está sencillo hoy en día”, dice Navarro haciendo un recuento de los cambios geopolíticos de los últimos meses que han cambiado la dinámica del mercado energético.
Pero Enel, dice Navarro, continúa desarrollando su cartera de proyectos futuros: por ahora cuentan con planes de generación de 7,000 megawatts, que podrán ser desarrollados en el país en los siguientes años, de presentarse la oportunidad. Para dimensionar, la italiana tiene 18 centrales en el país, 10 son propiedad total de la compañía y en el resto tiene un 20% de participación, que, en conjunto, equivalen a 3,000 megawatts, según información de la empresa. La italiana es hasta ahora la compañía privada con más capacidad de generación renovable en el país.
“México no está con una velocidad altísima en esa transición [energética], pero creo que es algo normal y que sucede en todos los países por temas que pueden ser transiciones regulatorias que no favorecen del todo a esa transición o puede ser por [otros] temas, como sucede en Europa [en donde la guerra entre Rusia y Ucrania ha modificado el mercado por completo]. Pero es una tendencia que también va a ser en México y va a ser clara, no tengo ninguna duda de que el sector energético en 2030 en México será distinto”, dice el ingeniero industrial de profesión. “Vamos a vivir una transformación que no se ha visto nunca en un corto periodo de tiempo, que en algunos países tomará 10 años, en otros 20 o 30, pero a mitad del siglo habrá acabado toda la transformación, de forma que a mí me parece un momento clave.”
Navarro vuelve de manera constante durante la plática a los temas en que puede coincidir la iniciativa privada y el gobierno federal: dice que ambos creen que es necesario expandir el parque de generación y que la electricidad debe ser asequible para su consumo: “Son mucho más los temas de coincidir en el sector energético mexicano que los puntos en que no coincidimos (...). Mi objetivo es buscar los innumerables puntos de encuentro y de colaboración que hay muchos”.
Mientras las tres centrales eólicas de Enel en Coahuila, que han implicado inversiones por alrededor de 500 millones de dólares, ya han sido terminados desde inicios del año pasado, pero no han podido iniciar la generación de electricidad y con ello su fase comercial, Navarro dice que la transición energética es inevitable y confiar en que las oportunidades para invertir llegarán de nuevo: “Yo estoy optimistas y sé qué llegará pronto [un nuevo gran proyecto]. En términos de estrategia no hemos movido un dedo, seguimos listos para hacer lo que sabemos hacer”.