Sin embargo, hubo entidades en que la proporción de denuncias respecto a la cifra de agresiones, amenazas y transgresiones que sufrieron fueron más bajas.
Fue el caso de Sinaloa, que de los 76,824 delitos que registró el año pasado apenas 2,476 fueron denunciados, es decir, apenas 3.2%.
En Oaxaca apenas 4.7% de los conflictos llegaron a las manos de quienes aplican la justicia, en Tamaulipas, 5.3%; en Zacatecas, 5.8%; en Durango, 6.5%; Baja California, 6.6%, y en Guerrero 7.2%.
Aunque Jalisco se caracterizó por ser la entidad que más denuncias recibió respecto a los delitos registrados, tampoco fue muy elevada, pues fue equivalente a 26.3%, seguida de Nuevo León, con 22.5%.
No creen en la autoridad
La principal causa de no denuncias fue atribuible a la autoridad, que en muchos casos por trámites o por la poca eficiencia de resultados, los agraviados desisten a llevar a cabo.
Fueron 2.5 millones de delitos que no llegaron a la mesa de la justicia, y de ese total, casi 60% tuvieron una causa en común: desconfianza de la autoridad.
Otros motivos que no orillaron a denunciar fueron miedo al agresor, delito de poca importancia y porque la víctima no tenía pruebas.
La extorsión fue el delito que menos se denunció, seguido del robo/asalto de bienes o dinero. Otros problemas que tampoco se acusaron fueron robo hormiga, actos de corrupción, fraude, hurto de mercancía en tránsito y de accesorios de vehículo.