Los fabricantes de mezcal quieren que su bebida tenga un lugar estelar durante el brindis de Año Nuevo, una fecha en donde la sidra y el champán eran las bebidas de mayor consumo. Los destilados de agave han dado un salto kilométrico en los últimos cincuenta años, pasando de ser considerados "baratos" y de "mala calidad" a bebidas con un estatus premium, dignas de ser tomadas en ocasiones especiales.
Con los destilados mexicanos ganando terreno entre los consumidores, los fabricantes se han enfocado en buscar diferenciadores para mejorar su estatus en el mercado internacional. La marca Amarás, que llega a 30 países, entre ellos Estados Unidos, Israel, Colombia, Francia e Inglaterra, comenzó a trabajar con un maestro mezcalero para unificar sus procesos e igualar el sabor en cada botella de mezcal. A diez años de distancia, ya suma 25 maestros.
Santiago Suárez, fundador de la Casa Amarás dice que mantener el crecimiento de la empresa "ha sido difícil", pero esta estrategia le ha permitido a la empresa garantizar la calidad en todos los mercados a los que llega y competir con los grandes grupos comercializadores que han llevado el mezcal al mercado internacional.