El laboratorio, que forma parte del Centro de Aprendizaje y Profesionalización del Talento Automotriz de la Universidad Politécnica de Querétaro (UPQ), estará equipado con maquinaria europea.
Carlos Antonio Contreras, rector de la UPQ, resaltó que son varios los países que tienen metas claras en la búsqueda de esquemas de movilidad más amigables con el medio ambiente, como Estados Unidos, en donde se prevé que para 2030, el 50% de los vehículos vendidos sean eléctricos.
Ante este escenario, subraya que los centros educativos, particularmente a los de zonas productoras de automóviles, los “obliga” a formar profesionales en la materia.
"Si bien debemos seguir enseñando los motores a combustión, porque forman parte de la tecnología automotriz como tal, lo que necesitamos es darle las competencias, habilidades, cualidades, a nuestros estudiantes y a los egresados, con las nuevas tendencias mundiales", agregó.
La importancia del sector automotor en México radica en que representa casi el 4 % del producto interior bruto (PIB) nacional y 20,5 % del PIB manufacturero, más que ningún otro sector, según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), pero la venta de vehículos híbridos y eléctricos representa aún menos del 5 % del total, de acuerdo con el organismo.
En este contexto, Enriqueta Ortíz Moctezuma, coordinadora académica de la UPQ, detalló que la institución integró este laboratorio como parte de la oferta educativa, apegado a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.
Aunque a México aún le tomará tiempo, en Europa ya existen fechas establecidas para la implementación de la electromovilidad, lo que significa que la industria mexicana, como una de las mayores productoras de vehículos deberá acelerar para adaptarse.
“Para México, sabemos que puede tardar un poco más, pero la intención sería que el talento humano, cuando egresen y durante sus estancias (profesionales) y su formación dual, ellos ya tengan este conocimiento y empiecen a aportar", abundó la académica.
El laboratorio contará con una inversión de unos 100.000 euros con fondos de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu) estatal y el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Querétaro (Concyteq).
Con información de EFE.