El trato fallido con Avianca
En 2016, Aeromar parecía estar del otro lado. En aquel momento, Synergy Group –entonces el mayor accionista de la colombiana Avianca– anunció una inversión de 100 millones de dólares en la empresa, que pasaría a ser Avianca México; sin embargo, la firma encabezada por Germán Efromovich se echó para atrás argumentando que requería ver una mayor estabilidad en las finanzas de Aeromar para concretar la operación.
“A mí nunca me pareció una buena idea hacer algo con Aeromar, y no vamos a hacer absolutamente ningún tipo de inversión. No añade mucho, ya tenemos un código compartido con Aeroméxico, que es más grande, con más frecuencias”, dijo Anko van der Werff, entonces CEO de Avianca, a medios en octubre de 2019.
Sin embargo, para los directivos de Aeromar la historia era otra. Para ellos, la intención de inversión de Avianca –la más cercana que la empresa tendría en su historia– se cayó por otros motivos.
“Avianca se retira porque entró en una situación difícil interna. Lo segundo fue porque cancelaron el aeropuerto de la Ciudad de México, el de Texcoco. Como querían un hub internacional y ahora van a ser tres aeropuertos, pues vio que ya no era viable su modelo”, dijo Danilo Correa, director general de Aeromar, en una reunión con medios en octubre de 2021. “Un 90% de por qué no se tomó la transacción está en estos dos factores”.
Un crédito de la banca de desarrollo que no llegó
Aun entonces los sueños de Aeromar eran ambiciosos: triplicar su flota en los siguientes cinco años para tener 30 aviones ATR -42 y ATR-72, con una inversión de 50 a 100 millones de dólares. Y cuando se le preguntó al director de la aerolínea qué sería diferente en comparación con la fallida inversión de Avianca, su respuesta parecía simple: en el proceso participaba la banca de inversión.
Tiempo después, los trabajadores darían cuenta de un esfuerzo que tampoco logró cuajar: el de un crédito por 75 millones de dólares de la banca de desarrollo, que a mediados de 2022 todavía se negociaba, y que empataba con otro plan, pero del gobierno federal: tener su propia aerolínea.
Una de las propuestas contemplaba una conversión del financiamiento en una participación de la empresa, donde el gobierno federal entraría como accionista. “Tenemos un plan que ya se presentó”, dijo José Humberto Gual, secretario general de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) de México, en junio de 2022.
“El mismo señor presidente Andrés Manuel López Obrador en una plática que tuve con él me dijo que con él contábamos tanto los trabajadores mexicanos como los pilotos, nos dijo que él apoyaba desde la parte gubernamental para que esta aerolínea siguiera a flote”, agregó.