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VW prevé que incentivos fiscales de EU favorecerán el nearshoring hacia México

El gobierno estadounidense diseñó un paquete de incentivos fiscales para diversificar las fuentes de insumos críticos y México podría beneficiarse de ello.
mar 07 marzo 2023 05:00 AM
Pablo Di Si, CEO de Volkswagen en América
Pablo Di Si, presidente y CEO de Volkswagen en Norteamérica.

Pablo Di Si, responsable de las operaciones de Volkswagen en Norteamérica, vino a México esta semana para reunirse con todas las áreas de la compañía. Esta es la segunda vez, desde su nombramiento hace seis meses, que el directivo de origen argentino visita el país, una plataforma clave en su estrategia de relocalización de componentes y en donde la corporación recientemente anunció una inversión de 763 millones de dólares para producir un vehículo eléctrico antes de que termine la década.

Di Si adelantó que Volkswagen producirá en la planta mexicana un vehículo eléctrico que “haga sentido comercial” en los tres países que integran Norteamérica y que complemente la producción del ID.4 que se fabrica en la planta estadounidense de Chattanooga, Tennessee.

“Va a ser imposible que México invierta en un vehículo que sólo funcione en el mercado local. Esta complementariedad es necesaria para ser competitivos”, dijo Di Si en un encuentro con medios realizado en el marco de su visita.

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Di Si, quien asumió el cargo tras impulsar las ventas de la marca en Sudamérica, tiene la visión de aprovechar las capacidades de Estados Unidos, México y Canadá –los tres socios firmantes del T-MEC– para robustecer una cadena de suministro regional y recuperar la capacidad de producción de la marca, que se vio afectada por las disrupciones en las cadenas de suministro, que iniciaron en 2020 tras los bloqueos por el covid-19 en China, que limitó el abasto de chips, y que se agravaron con la guerra en Ucrania, que afectó el suministro de arneses.

Las ventas globales de Volkswagen en 2022 cayeron 6.8% debido a la falta de componentes, y la empresa advirtió en enero que la actual escasez de chips significa que 2023 seguirá siendo "volátil y desafiante", aunque espera que la oferta mejore.

Los semiconductores y las baterías de litio se han convertido en dos insumos críticos para la industria automotriz y controlar la producción de ambos, además de otros minerales críticos y tierras raras como el cobalto, se ha vuelto un tema de “seguridad nacional” para las principales economías.

“Los minerales críticos proporcionan los componentes básicos para muchas tecnologías modernas y son esenciales para nuestra seguridad nacional y prosperidad económica”, escribió la Casa Blanca en un comunicado publicado en febrero pasado.

Una apuesta regional

A nivel mundial, China controla la mayor parte del mercado de procesamiento y refinación de cobalto, litio, tierras raras y otros minerales críticos, y el gobierno de Estados Unidos determinó el año pasado que su dependencia excesiva de fuentes extranjeras para minerales y materiales críticos planteaba “amenazas a la seguridad económica y nacional”.

Desde entonces, el gobierno estadounidense diseñó un agresivo paquete de incentivos fiscales para diversificar las fuentes de insumos críticos.

“Hay unas 60 empresas que han anunciado inversiones para instalar plantas de semiconductores y baterías de litio, entre otras cosas, en Estados Unidos atraídas por los incentivos”, dijo Di Si. “Creo que estas políticas, muy agresivas de Estados Unidos, van a terminar favoreciendo a México”, añadió.

Desde que la pandemia del coronavirus trastocó las cadenas de suministro, México se ha posicionado como el destino ideal del nearshoring, para empresas de sectores como automóviles, electrónica, textiles y muebles.

Para Di Si, una de las principales cualidades de México es el knowhow de los ingenieros para producir autos. “México está muy bien posicionado en el mundo por la calidad. Los vehículos que se producen en el país son productos de cinco estrellas”.

“El desafío ahora es pensar en cuál va a ser el footprint de México en los próximos 10 años”, añadió.

El máximo representante de Volkswagen en América advierte sobre la necesidad de desarrollar una cadena de proveeduría en el país que soporte la transición hacia la manufactura de los vehículos eléctricos. “Por ejemplo, hoy no hay una fábrica de baterías que pueda suministrar a varios fabricantes”, dijo. "También hay retos logísticos y de energías renovables".

Una tecnología de transición

Para 2030, Volkswagen espera que los vehículos eléctricos representen la mitad de sus ventas totales en Norteamérica –en Europa la meta es 70% del total–, por lo que la marca se ha propuesto lanzar, a nivel global, al menos un nuevo modelo eléctrico cada año.

Pero la adopción de la tecnología será diferente en cada mercado. Mientras que en Estados Unidos, Di Si ve una "adopción acelerada", en México la transición "será mucho más larga de lo que muchos esperan".

"Un híbrido podría ser un paso intermedio", dijo. "Es algo que estamos analizando", añadió.

Di Si aseguró que las inversiones en los autos a combustión serán cada vez más pequeñas. No obstante, Volkswagen no ha establecido una fecha para finalizar la producción de motores de combustión, como sí lo han hecho otras marcas del grupo. Audi, por ejemplo, lo hará en 2026.

"Creo que en este periodo de transición, que puede durar cinco, diez años, o más, debes de tener un pie en cada lado, y acelerar la producción (de una tecnología u otra) dependiendo del mercado", concluyó.

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