“En muchos de los medios sociales, sobre todo los visuales, tipo TikTok o Instagram, las conversaciones de belleza son las más fuertes, las que tienen más volumen”, dijo. “Mucha gente empieza a utilizar nuevas tecnologías a través de la belleza, a la tecnología también se llega por la belleza”.
Juti ha pasado buena parte de su trayectoria profesional en empresas de tecnología. Antropóloga de formación y doctora en Filosofía por la Universidad de Cambridge, en su historial presume pasos por dos gigantes de origen finlandés, Nokia y el desarrollador del videojuego Angry Birds. En 2021, L’Oréal le abrió las puertas y es parte del comité ejecutivo de un grupo con 36 marcas, incluyendo Maybelline, La Roche Posay, Garnier y Vichy.
Las innovaciones de L’Oréal este año parecen sacadas del catálogo de una startup tecnológica: un aditamento para permitir que personas con problemas motrices puedan maquillarse, una serie de filtros para lucir un maquillaje virtual en la plataforma Teams de Microsoft, un escáner para evaluar la condición del cuero cabelludo en tiempo real y otro más para detectar zonas propensas al acné.
“Se innova de muchas maneras”, afirmó. “Con ingredientes, con la presentación de un producto, con marketing, pero también con la integración de inteligencia artificial y otros avances en cosas que parecen tan sencillas como el maquillaje”.
Inteligencia artificial o machine learning son conceptos que no se suelen asociar con una marca de belleza, pero para Juti es justo esa distinción lo que hace tan atractivo e incluyente que sus marcas puedan ser las que acerquen esas ideas a los consumidores. Después de todo, detrás de ello hay una fuerte inversión.
“Invertimos mil millones de euros en ciencia y mil millones de euros en tecnología”, afirmó.
El rezago tecnológico de países en desarrollo, como México, no es una preocupación y, de hecho, L’Oréal considera que les abre una oportunidad para ser la primera empresa que pueda poner en manos de los consumidores y usuarios una herramienta con aplicaciones prácticas de IA.
“Es clave porque el mercado de la belleza, de hecho, es un mercado muy vital”, dijo, “Es una necesidad humana esencial”.
México, un mercado que se pinta solo
Pese a los años que tiene fuera del país, Juti se siente muy mexicana. Lo repite cuando habla de su familia, de sus hijos, de sus inicios y también del negocio. Aunque su espectro de trabajo es global, hace hincapié constantemente en la importancia de México en los planes de la compañía, tanto en la parte de nuevos desarrollos tecnológicos, como en el crecimiento de las marcas ya existentes.
“Llevamos en México más de 50 años (...) es un país estratégico, con un crecimiento enorme”, destacó. “Salimos ahí con proyectos que les hablan a nuestros conciudadanos y por ello el crecimiento es rápido”.
Antes de terminar, Juti subraya otro beneficio de la innovación tecnológica en la industria de la belleza: la personalización. Un producto que en Europa tiene un impacto se puede adaptar a las necesidades de un mercado tan diferente como el mexicano y, de ahí a cada uno de los usuarios.
“Es belleza para todos y belleza para cada uno”, enfatizó. “La belleza personalizada va un paso más adelante”.