General Motors no renunciará a los vehículos a combustión en el corto plazo y tiene una buena razón para hacerlo. El fabricante estadounidense ha estado luchando para aumentar la producción de vehículos eléctricos (EV) pero ha enfrentado varios obstáculos en su búsqueda por liderar la revolución eléctrica en la industria automotriz.
Uno de los desafíos más recientes para ha sido un problema con el ensamblaje de módulos de baterías que ha afectado a una gama de sus vehículos eléctricos, desde los elegantes SUV Cadillac Lyriq hasta las vanes eléctricas BrightDrop . La presidenta ejecutiva de General Motors, Mary Barra, señaló este obstáculo la semana pasada, poniendo de relieve un desafío que parece haber tomado a la compañía por sorpresa.
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Paul Jacobson, director financiero de General Motors, reconoció esta semana en una conferencia de inversores de J.P. Morgan que, aunque se habían ensamblado más de 1,000 Lyriqs en julio, la cifra seguía estando muy por debajo de las expectativas iniciales.
En 2022, la compañía tenía como objetivo ensamblar 25,000 unidades del modelo Lyriq en su planta de Spring Hill, Tennessee, pero no logró acercarse a esta meta. En los primeros seis meses de 2023, apenas entregó menos de 2,400 vehículos a los clientes debido a problemas con las baterías y otros desafíos de producción.
General Motors también ha tenido que enfrentar los gastos millonarios de los recalls del Chevrolet Bolt EV y Bolt EUV, por fallas en los paquetes de baterías, para "servir a los clientes de maneras que van más allá de los remedios tradicionales". La corporación dijo en su último reporte de resultados que había destinado unos 792 millones de dólares en los reemplazos de los módulos de batería de iones de litio en ambos modelos, así como en nuevos acuerdos comerciales con LG Electronics y LG Energy Solution, los proveedores de las celdas de batería.
Este año, el fabricante estadounidense prevé ampliar la producción de sus modelos eléctricos. Durante el segundo semestre de 2023, la producción de Chevrolet Blazer EV arrancará en México tras una inversión de 1,000 millones de dólares para reconvertir la planta de Ramos Arizpe.
"La corporación ha invertido en los últimos años 11,700 millones de dólares en Norteamérica. Parte de esta inversión llegó a México para la transformación de nuestro sitio de manufactura. Tras 42 años de operaciones, ahora (la planta de Ramos Arizpe) está iniciando la producción de dos SUV eléctricos", dijo Francisco Garza, CEO de General Motors en México, en un encuentro con medios esta semana.
Ventas de autos a gasolina financian desarrollo de eléctricos
El CEO de General Motors en México reconoció que, a pesar del compromiso de la corporación con la electrificación, todavía dependen, en gran medida, de las ventas de vehículos de combustión interna para mantenerse rentable.
De un año a otro, la corporación informó que los ingresos netos para el segundo trimestre del año aumentaron en casi un 52%, a 2,600 millones de dólares, frente al mismo periodo en 2022, cuando la producción de sus modelos a gasolina se vio afectada por la escasez de semiconductores. Ahora espera un beneficio neto para todo el año de 9,300 millones de dólares a 10,700 millones de dólares, frente a una previsión anterior de 8,400 millones de dólares a 9,900 millones de dólares.
Pero gran parte de estas previsiones están basadas en una mayor demanda y precios más altos de lo previsto anteriormente en sus modelos a gasolina. Las ventas de sus vehículos eléctricos en Estados Unidos -su principal mercado- apenas sumaron 36,024 unidades en la primera mitad del año, equivalentes al 2.8% del total de sus ventas realizadas en el periodo, que ascendieron a 1.3 millones de unidades.
El ambicioso plan de General Motors incluye lanzar hasta 15 vehículos eléctricos para 2028, lo que refleja su determinación de liderar la transición hacia la movilidad eléctrica. Sin embargo, la realidad actual es que la producción de vehículos eléctricos aún se encuentra en una fase incipiente en comparación con los vehículos de combustión interna.
“No es que sea una fórmula perdedora, sino que todavía la masa crítica es pequeña”, dijo Garza.
Un punto luminoso en el horizonte del fabricante estadounidense es su inversión en vehículos autónomos Cruise, donde posee una participación mayoritaria. Según Jacobson, Cruise ha superado en gran medida los desafíos tecnológicos y está en camino de generar ingresos significativos para la compañía en los próximos años. Aunque los vehículos autónomos están en una fase de expansión operativa, aún queda por ver cómo se traducirá esto en ganancias concretas para el fabricante estadounidense.
"Mientras tanto, los vehículos de combustión seguirán siendo fundamentales para generar los ingresos necesarios que nos permitan seguir invirtiendo en el desarrollo de nuevas tecnologías para baterías eléctricas y el desarrollo de productos", dijo Garza.
El fabricante estadounidense ofrece en México más de 40 modelos de sus marcas Chevrolet, Buick, GMC y Cadillac, y este año ya ha renovado 14 de sus modelos de combustión interna.