Fain, que preside el sindicato que representa a unos 150,000 trabajadores de las automotrices, dijo que el 97% de los miembros con derecho a voto aprobaron la autorización de huelga, que se considera una forma de presionar para conseguir mejores condiciones en las negociaciones salariales.
Aunque las votaciones de autorización de huelga son una herramienta de negociación habitual en el sector automotor estadounidense y en otras industrias, la tensión en torno a las negociaciones contractuales de este año en Detroit es nueva.
El anuncio se produce en un momento en que los sindicatos están aprovechando el bajo desempleo para presionar en favor de mayores salarios y mejores condiciones de trabajo en sus negociaciones para nuevos convenios laborales.
Fain declaró a Reuters el 17 de agosto que las automotrices “seguían sin ser serias” en sus respuestas a las propuestas económicas del sindicato.
El presidente del sindicato ha esbozado una ambiciosa serie de objetivos, entre ellos acabar con el sistema salarial escalonado que paga menos a los nuevos empleados que a los veteranos, restablecer los ajustes por costo de la vida y restablecer los planes de pensiones con prestaciones definidas que las automotrices suprimieron hace años para los nuevos empleados.
GM, Ford y Stellantis han declarado que quieren llegar a un acuerdo que sea justo para los trabajadores, pero que también dé flexibilidad a las empresas, ya que la industria está cambiando a modelos eléctricos que tienen menos piezas y requieren menos mano de obra.