Virtuoso es una plataforma de especialistas en viajes de lujo y experiencias, que tiene 20,000 asesores en 55 países y que atiende a viajeros en más de 130 países, que generan un volumen de transacciones calculado en 30,000 millones de dólares, según datos de la propia empresa, que considera al viajero de lujo a aquél que gasta al menos 500 dólares diarios en su visita.
El turismo de lujo fue el primer segmento en repuntar incluso durante los primeros meses de la pandemia, lo que elevó las ocupaciones hoteleras de ciertos destinos como Cancún y Los Cabos en el caso de México, donde la plataforma estimó el año pasado que las ventas del segmento podrían ser 47% más altas en 2023 que en 2019.
La firma también calcula que las estancias son más largas a raíz del auge de los nómadas digitales, que ha llevado a los trabajadores remotos a laborar en lugares distintos a su lugar de residencia, comúnmente en otro país. Esto también ha cambiado la óptica bajo la que se ve al turista de lujo.
Upchurch refiere que antes de la pandemia se veía al turista de lujo como una mitad del mercado, mientras que la otra era el perfil del backpacker o mochilero, los cuales se consideraban opuestos, pero que ahora han comenzado a hacer sinergia.
“La pandemia fue un golpe muy fuerte porque las personas vieron qué tan importante era viajar por la conexión con sus familias, para la salud mental; por eso creo que el turismo es tan importante”, explica.
De momento, el CEO de Virtuoso considera que el mercado mexicano mantiene un alto potencial por la combinación de una buena calidad de servicio y la oferta de producto, que se mantiene al alza.
“Lo que me encanta es que hay más hoteles de cinco estrellas en México que en todo el Caribe. Está creciendo todo. Y cuando decimos productos de lujo, hay muchos proyectos muy diferentes entre sí”, concluye.