El 2023 marcó un hito en la historia de la aviación mexicana con la adquisición y relanzamiento de Mexicana de Aviación por parte del gobierno, convirtiéndola en una aerolínea estatal. Este movimiento estratégico se enmarca en una serie de cambios implementados desde el Ejecutivo Federal, incluyendo la entrada de las Fuerzas Armadas al sector aéreo, con la operación de los dos aeropuertos capitalinos, AICM y AIFA, y del recién inaugurado Aeropuerto Internacional de Tulum.
La entrada del Estado como nuevo competidor en el sector ha suscitado tanto expectativas como incertidumbres en la industria, generando interrogantes sobre las posibles implicaciones de estos movimientos.
Gerardo Herrera, especialista del sector aéreo y académico de la Universidad Iberoamericana, considera que ello da un nuevo mensaje por parte del Gobierno sobre su interés en la industria aérea, pero más allá del nuevo objetivo presidencial, quedan las dudas en torno a la efectividad operacional de las autoridades en el sector.
“Hoy por hoy no podemos decir que con la administración del espacio aéreo y todos lo que se les está dando (a las Fuerzas Armadas), ya están siendo productivos. A lo mejor lo serán, pero hoy no tenemos una idea. Lo que sí, es que da la impresión que van por sectores productivos”, considera el especialista.