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De vidas y vías: el paso del tren en México con el fenómeno migratorio

A mediados de septiembre, Grupo México detuvo 60 trenes, en miras de “proteger la integridad” de las personas que intentaban subir a estos en movimiento.
mar 02 enero 2024 05:01 AM
Migrantes intentan abordar un tren para llegar a la frontera con Estados Unidos, en Ramos Arizpe
Aunque aún falta un mes para contar con el registro anual de extranjeros no documentados, la cifra ya superó en 245,323 los niveles de todo el 2022.

Si se habla de migración, el panorama para este 2024 es incierto. Las perspectivas indican que el aumento sin precedentes de la llegada de migrantes –sobre todo Centroamérica y Venezuela– a México en 2023 continuará. Los trenes que cruzan el país se han convertido en el vehículo de la esperanza de quienes quieren encontrar una mejor calidad de vida. Pero esto último ha afectado la operación de la iniciativa privada.

Del 17 al 22 de diciembre, las autoridades estadounidenses decidieron cerrar los cruces ferroviarios de Eagle Pass y el Paso Texas, con el objetivo de evitar que éste transporte a personas indocumentadas. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) estima que, considerando ambos cruces, el valor de carga promedio diario es de alrededor de 100 millones de dólares.

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La consultora Calidad Mexicana en Desarrollo Ferroviario, resalta que las afectaciones por los cierres rebasan lo que se deja de transportar en ese momento e impactan también a otros involucrados en las cadenas de valor. Por ejemplo, por ferrocarril se transporta el 25% del maíz que ingresa por importación a México y poco más del 60% de la pasta de soya.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, el secretario de Estado de EU, Antony Blinken y otros funcionarios de alto nivel ya han sostenido conversaciones sobre el tema en búsqueda de una solución, pero el panorama para el transporte de mercancías sigue siendo retador.

“Las cadenas de valor se están rompiendo con los cierres de estas fronteras ferroviarias (…). Entonces, es muy difícil, pero ya están tomando cartas en el asunto. Seguramente habrá más vigilancia de parte de Estados Unidos”, menciona Sergio González, presidente de la consultora en entrevista con Expansión.

El flujo migratorio no fue algo que llegó en la recta final del año. Estuvo presente en todo éste. De acuerdo con un reporte de la Unidad de Política Migratoria del Instituto Nacional de Migración (INM), de enero a noviembre se estima que ingresaron al país 686,732 extranjeros no documentados. Aunque aún falta un mes para contar con el registro anual, la cifra ya superó en 245,323 personas los niveles de todo el 2022.

A mediados de septiembre, Grupo México, uno de los dos concesionarios para el transporte de carga en el país y el que tiene que mayor presencia en los cruces fronterizos, tomó la decisión de inmovilizar 60 trenes, en miras de “proteger la integridad” de las personas que intentaban subir a estos en movimiento.

"La acumulación de personas migrantes en los últimos días ha sido significativa", refirió en un documento la empresa de Germán Larrea cuando anunció el cierre y agregó que en ese momento había más de 1,500 personas sobre los carros de ferrocarril y en el patio de operaciones en Torreón, Coahuila.

El repunte del flujo migratorio no solo ha incidido en las operaciones de ferrocarril, también ha significado un reto para otros giros de negocio.

En octubre, el gobernador de Texas, Greg Abbott, decidió realizar "inspecciones exhaustivas" en los vehículos de carga procedentes de México con destino a Estados Unidos con el objetivo de no dejar pasar a migrantes por este tipo de unidades.

La Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) destacó que la situación le preocupa a este sector, puesto que los tiempos de cruce en la frontera pasaron de 2 a 12 horas. Para esta industria es elemental contar con un envío ágil de mercancías porque de cada 10 autos producidos en México, entre ocho y nueve tienen como destino el país vecino al norte.

La situación migratoria parece no tener una solución a corto plazo. César Salazar, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, dice que una persona migra por buscar mejores oportunidades económicas, por inseguridad en su país de origen o por una situación política adversa.

Brindar un mejor panorama conlleva resolver los problemas de una manera estructural e integral, mientras aumenta la generación de empleos.

“La migración es un tema que tiene orígenes muy dolorosos , y bueno, vemos una poca profesionalización de la política migratoria de este país, es decir, que no han puesto todas sus capacidades en ello, que es muy importante y que ahora nos está rebasando”, dice Salazar.

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