El transporte de carga es un negocio en crecimiento. Los últimos datos de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF) indican que de enero a noviembre pasados –el último dato disponible– se movilizaron 1.94 millones de carros cargados, un incremento anual de 4.06%.
En el mismo periodo operación del sistema ferroviario de carga en el país resultó en 84,978.7 millones de toneladas-kilómetro desplazadas, un avance de 6.40%.
El decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 20 de noviembre pasado declara estas actividades como prioritarias para el desarrollo nacional las actividades en torno al transporte para pasajeros por vía férrea.
La más grande concesionaria de este mercado en México es Ferromex de Grupo México. En los primeros 11 meses del año pasado movilizó 47,172.7 millones de toneladas-kilómetro, un incremento anual de 7.4%, de acuerdo con el documento con el ARTF.
CPCK de México –antes Kansas City Southern de México– es la segunda firma de mayor tamaño en el país. En el mismo periodo movilizó 29,960.6 millones de kilómetros, un incremento de 4.2%.
Ambas compañías operan el 71% de la infraestructura de carga y movilizan hasta el 82% de la carga en el país, según ha señalado la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) en un estudio que publicó en 2021. El regulador ha señalado en distintas ocasiones que se trata de un mercado altamente concentrado y con un bajo número de jugadores. La Cofece anunció la semana pasada el inicio de una investigación en el mercado de transporte ferroviario de carga para determinar si algunos participantes –cuyos nombre no reveló– han incurrido en prácticas anticompetitivas.
¿Qué sigue para el sector ferroviario?
Ahora, las compañías deberán decidir si están o no interesadas en el servicio de transporte de pasajeros.
“Los concesionarios del servicio público de transporte ferroviario de carga serán los primeros en ser invitados para presentar los proyectos para la implementación del servicio ferroviario de pasajeros dentro de sus vías del servicio ferroviario de pasajeros, dentro de sus vías generales de comunicación ferroviaria que les fueron otorgadas en concesión”, se lee en el documento publicado en noviembre pasado.
De no cumplir en tiempo y forma, la Secretaría de Comunicaciones, Infraestructura y Transportes, podría entregar los títulos de asignación a la Secretaría de la Defensa Nacional o la Secretaría de Marina, que ya operan el Tren Maya y el Tren del Istmo de Tehuantepec.
Hasta el momento no se sabe qué es lo que sucederá con las concesiones otorgadas y cómo sería gestionada la operación si las Fuerzas Armadas operan el servicio a partir de la infraestructura existente.
“Es casi imposible, porque tendrías que tener en la misma vía a dos administradores, es decir, como si te ubicara en la torre de control a dos controladores, uno que este cuidando los trenes de carga y otro los trenes de pasajeros, entonces eso es algo entorpecedor para la operación”, dice Sergio González, el presidente de la consultora Calidad Mexicana en Desarrollo Ferroviario.
Tras la publicación del decreto, CPCK de México dijo estar “comprometida” con el objetivo de impulsar los trenes para pasajeros en el país. A mediados de diciembre, la unidad local de la firma y el Gobierno de México acordaron la construcción de un tren de pasajeros suburbano en Monterrey, de acuerdo con información difundida por la agencia Reuters.
Los trenes de pasajeros hoy
Hasta ahora, la industria de transporte de pasajeros vía ferrocarril es menor y hay pocos ejemplos.
De acuerdo con el documento de la ARTF, el Tren Suburbano que parte de Buenavista, Ciudad de México, rumbo al Estado de México, movilizó de enero a noviembre del año pasado 41.8 millones de pasajeros, lo que representó un incremento de 12.7%.
Otro tipo de modalidades, como el Tren Chepe en el norte del país, que está diseñado para tener un fin más turístico que el de transporte de mercancías, movilizó 0.15 millones de personas, las cuales significaron un avance de 5.5%.
La ruta de Tijuana-Tecate no ha movilizado de pasajeros desde la pandemia de covid-19, además de que a partir de enero de 2022 la ruta de Puebla-Cholula suspendió sus actividades.