Ahora el presidente busca modificar el artículo 27 de la Constitución para prohibir este método de extracción de petróleo que consiste en la inyección a alta presión de un líquido –usualmente agua y algunos químicos– para generar la perforación de un pozo. Esta técnica es altamente utilizada en el sur de Estados Unidos y permitió el boom de producción de hidrocarburos en el territorio estadounidense.
Fracking en México
Pero el fracking es concebido por algunas organizaciones, como la Alianza Mexicana contra el Fracking, como un método nocivo para el medio ambiente y la salud pública y un alto factor contaminante del agua. Del otro lado, México es el octavo país con más recursos técnicamente recuperables de petróleo en lutitas –en el que se usa fracking– y el sexto en cuanto a gas natural, de acuerdo con un análisis de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. No utilizar la fracturación hidráulica implicaría no explotar gran parte de las reservas de hidrocarburos que se localizan principalmente en el norte del país.
El presidente ha tomado la primera postura y en la propuesta de iniciativa ha tomado como argumento principal que “esta tecnología de extracción se encuentra catalogada como una de las más dañinas al medio ambiente a nivel mundial”. Y enumera daños como la disminución de disponibilidad del agua para consumo de los seres humanos, la contaminación del suelo, acuíferos y del aire, y la contribución al cambio climático.
También propone sanciones –aunque no da más detalles– a quienes realicen actividades relacionadas con el fracking.
“El presidente solo había mantenido en el discurso la prohibición contra el fracking, pero esta no se puede hacer solo de facto, de esa manera no se puede evitar que continúen hacia adelante proyectos que ya habían sido echados a andar desde antes. Nosotros hemos documentado cómo se han seguido otorgando autorizaciones y presupuesto a Pemex para estos proyectos”, dice Claudia Campero, de la Alianza Mexicana contra el Fracking, una de las organizaciones que más ha impulsado en el país la prohibición de la técnica.
La estatal Pemex había perforado, hasta el sexenio pasado, 28 pozos en activos no convencionales, en los que se requirió fracking. Y durante la administración obradorista, el regulador aprobó al menos seis planes de exploración con el uso de esa técnica, de acuerdo con los registros de la Comisión Nacional de Hidrocarburos hasta diciembre del 2022.
Pemex también ha continuado recibiendo presupuesto relacionado con activos que requieren de esta actividad, principalmente en dos proyectos: el de Aceite Terciario del Golfo y de gas en lutitas. Hacia 2024 la Secretaría de Hacienda ha proyectado un presupuesto para estos proyectos de la estatal de 4,063 millones de pesos. La cifra está muy por debajo de lo establecido en años pasados. En 2022, la petrolera estatal tenía un presupuesto de 16,739 millones de pesos para estas actividades.