Uno de los mayores obstáculos para la adopción masiva es la infraestructura de carga insuficiente, que sigue siendo un impedimento para muchos consumidores que consideran la compra de un vehículo eléctrico. Además, la autonomía limitada de las baterías y los tiempos de carga prolongados también son preocupaciones importantes que deben abordarse para que los vehículos eléctricos sean una opción viable para todos los consumidores.
Por otro lado, los altos costos de desarrollo de la tecnología eléctrica, que incluyen la investigación y el desarrollo de baterías de última generación y sistemas de propulsión avanzados, han ejercido presión sobre los márgenes de beneficio de las marcas de lujo, lo que ha requierido una reevaluación de sus plazos y objetivos de electrificación.
Este cambio de enfoque marca un matiz en su estrategia. Hace apenas tres años, el CEO de Mercedes-Benz, Ola Kallenius, expresaba la disposición de la empresa para "abrazar el futuro exclusivamente eléctrico" que anticipaba dominaría los mercados para finales de la década. Sin embargo, Kallenius ahora enfatiza el compromiso de la compañía con la adaptación a las demandas del mercado, mientras asegura a los interesados su disposición para continuar produciendo vehículos con motor de combustión interna.
A pesar del contratiempo en los plazos de electrificación, Kallenius señaló que Mercedes-Benz sigue preparada para actualizar su tecnología e introducir nuevas iteraciones de su línea de productos hasta la próxima década. Este anuncio generó confianza entre los inversores, con las acciones de Mercedes-Benz aumentando un 5.9% en respuesta a la noticia.
Audi también ha reconocido que la migración hacia la electrificación es un reto. Aunque sigue comprometido con llevar el último vehículo con motor de combustión al mercado en 2026, es probable que en 2024 vea menores ventas, en parte debido a la introducción de nuevos modelos, ya que eso suele significar una caída en las cifras de entrega antes de los nuevos lanzamientos pero también porque las inversiones en los nuevos vehículos son inminentes.
El director financiero de Audi AG, Juergen Rittersberger, habló en la última conferencia de prensa global de un “año de transición”: 2024 será aún más exigente que 2023. La entrada de efectivo caerá entre 2.5 mil millones y 3.5 mil millones de euros (2.71 mil millones de dólares y 3.79 mil millones de dólares), en parte porque las inversiones en los nuevos vehículos son inminentes.
Previo a las declaraciones de Rittersberger, el director de Audi en México, Edgar Casal, reconocía el reto que significa para los fabricantes cumplir con las metas establecidas al principio de la década.
"Como industria estamos pidiendo tener un poquito más de tiempo porque hoy, la industria de tecnología eléctrica es muy costosa. Todo va evolucionando, pero obviamente hay un costo de desarrollo. Y, debido a ello, hoy no nos permite tener las utilidades ideales para poder continuar con esta inversión a futuro" dijo Casal, en una entrevista realizada a finales de febrero.