La firma llegó a México desde 1965, con la inauguración de su primera planta de producción en Jalisco hasta 2001. Al día de hoy, cuenta con 16 centros de manufactura distribuidos en el territorio nacional, donde fabrica bolsas de aire hasta cinturones de seguridad, frenos, suspensiones eléctricas, amortiguadores, entre otros.
Martin Fischer, presidente de ZF Norteamérica y miembro del consejo directivo, considera que la firma, que es preponderante en su segmento, “está marcando la pauta y estableciendo las tendencias” para la electrificación, un escenario en donde México “es clave para la transición”.
“En el área automotriz necesitamos estar muy cerca del cliente y fabricar los productos que nos piden… Todas las plantas están haciendo esa conversión, en cualquiera de las áreas, y eso nos prepara para sobrevivir a futuro”, agrega en entrevista con Expansión.
Si bien, la firma se había centrado en sistemas de seguridad pasiva, cuya función es evitar o reducir las lesiones graves o mortales que pueden producirse tras sufrir un siniestro o colisión. Pero en los últimos años se ha enfocado en los sistemas de seguridad pasivos, que se encargan de prevenir esos siniestros.
En medio del cambio, ZF también ha encarado el reto de hacer los componentes cada vez más ligeros, uno de los retos para todos los fabricantes de la industria a nivel global, puesto que la electrificación también viene acompañada de la necesidad de hacer los autos más ligeros en miras de incrementar sus rangos de autonomía.
Fischer narra que, por ejemplo, la semana pasada antes de la inauguración del centro en Monterrey, visitó la planta de la empresa en Saltillo, la cual se había dedicado a producir la transmisión de los vehículos y ahora, está en transición para la puesta en marcha de los sistemas de seguridad de los motores eléctricos, pero en realidad, el cambio está siendo medular y en todas las plantas.
“Se requiere de un menor peso y estamos enfocándonos en eso. Un ejemplo de cambios positivos es que en el sistema de frenos, el disco tradicionalmente ha tenido un proceso en el que se para el auto y causa arrastre, ahora tenemos dispositivos diferentes que reducen o eliminan ese arrastre, y hablando del tren motriz eléctrico es importante que no perdamos eficiencia en un solo punto porcentual, porque de eso depende el rango o el alcance de los vehículos eléctricos”, añade.
Con el centro en Monterrey, el segundo de su categoría para la región de América del Norte, se pretende acelerar esta transición en México. Inicia con una plantilla laboral de 700 empleados, cifra que pretende incrementar a 1,000 para el año entrante.
ZF le dice que sí a los autos chinos
En los últimos dos años han llegado más de 10 marcas nuevas chinas de autos a México, las cuales, aseguran, están interesadas en contar con una planta de manufactura en el país para abastecer el mercado local y en algún momento exportar a Estados Unidos.
Aunque ninguna de estas armadoras ha confirmado la puesta en marcha de una fábrica, ZF asegura que no tendría problema de trabajar con alguna, puesto que el laborar con empresas del gigante asiático no es algo nuevo. De acuerdo con información proporcionada por el directivo, más del 20% del negocio global está en China.
“Trabajamos con todos los clientes automotrices dentro de la región y a nivel global (...). Trabajamos mucho con ellos, más del 20% de nuestro negocio está ubicado en China”, dice.