Si los países siguen adelante con sus políticas energéticas y climáticas, la demanda de petróleo se reducirá en unos seis millones de barriles al día (bpd) para 2030 y en 11 millones de bpd para 2035, es decir, más de una décima parte de la demanda total actual, según la AIE.
"Los estrechos márgenes, la volatilidad de los precios de los metales de las baterías, la elevada inflación y la eliminación progresiva de los incentivos a la compra en algunos países han suscitado inquietud sobre el ritmo de crecimiento del sector, pero los datos de ventas mundiales siguen siendo sólidos", afirma la AIE sobre la demanda de vehículos eléctricos.
Las ventas en el primer trimestre de este año aumentaron un 25% respecto al mismo periodo del año anterior. Aunque esta tasa no ha variado en el primer trimestre de 2023 respecto al periodo comparable de 2022, se debe a una mayor base de vehículos, según la AIE.
Aún así, la cuota de los vehículos eléctricos en el total de compras variará mucho según la región, representando alrededor de una de cada nueve compras de autos en Estados Unidos, una de cada cuatro en Europa, pero casi la mitad en China, según las previsiones de la AIE.
En Europa, la adopción se está viendo frenada por "unas perspectivas generalmente débiles para las ventas de autos de pasajeros y la eliminación progresiva de las subvenciones en algunos países".
La asequibilidad, en comparación con los vehículos tradicionales, sigue siendo clave para el crecimiento del sector, y los precios varían mucho de una región a otra. Los coches de combustión interna siguen siendo más asequibles que sus equivalentes eléctricos en Europa y Estados Unidos, mientras que en China casi dos tercios de los coches eléctricos vendidos el año pasado eran más baratos que sus equivalentes tradicionales.
"En general, los vehículos eléctricos son cada vez más baratos a medida que bajan los precios de las baterías, se intensifica la competencia y los fabricantes de automóviles logran economías de escala", dijo la AIE, al tiempo que señaló que en algunos casos -ajustando por la inflación- los precios se estancaron o incluso aumentaron ligeramente entre 2018 y 2022.
Satisfacer la creciente demanda con infraestructura de recarga también planteará un reto clave, añadió la AIE, ya que las redes de recarga deberán multiplicarse por seis para 2035.