La complejidad del mercado actual también impulsa esta estrategia. Hoy, la multiplicidad de posibilidades en el mercado incluye no solo el tamaño del vehículo, sino también el tipo de carrocería (SUV, sedán, hatchback) y el tipo de energía (motor de combustión, híbrido, eléctrico, hidrógeno). Y Renault sabe que, para mantenerse competitivo, debe desarrollar vehículos que cubran un amplio portafolio de clientes, con diversos tipos de motorización en todos los segmentos.
“Son tres variables que se multiplican para dar una diversidad de opciones. Tal vez creemos que algunos segmentos van a concentrarse más en eléctricos, otros en híbridos y otros en motores de combustión convencional. Pero tenemos que trabajar con esta matriz de opciones y tener de todo un poco”, explica Pedrucci en entrevista.
El directivo ve en ello “un reto monumental" por lo que reconoce que las armadoras no pueden seguir pensando que pueden asumirlo solos, como en el pasado. Ello ha impulsado a Renault a cerrar alianzas estratégicas con varias empresas líderes en sus respectivos campos. Un ejemplo es la creación de una empresa conjunta con la automotriz china Geely, dedicada a la producción y desarrollo de motores de combustión.
A la par de la alianza con Geely, Renault también cerró una alianza con la petrolera Aramco, para trabajar en el desarrollo de combustibles sintéticos que podrían usarse en motores existentes sin modificaciones significativas.
"Creemos que el motor a combustión aún tiene mucho por evolucionar", comenta Pedrucci.
A pesar de las críticas previas hacia los subsidios gubernamentales chinos que distorsionan la competencia, el fabricante francés ha reconocido la necesidad de adaptarse y colaborar con los fabricantes chinos para asegurar su posición en el mercado global.
La Unión Europea, respondiendo a preocupaciones similares sobre prácticas comerciales desiguales, recientemente implementó aranceles adicionales de hasta 36.5% sobre vehículos eléctricos importados de China. A pesar de esta medida, muchas empresas europeas, incluida Renault, han optado por aliarse estratégicamente con fabricantes chinos para avanzar en la tecnología y mitigar los impactos de las barreras comerciales.
Renault también colabora con empresas tecnológicas como Qualcomm y Google para el desarrollo de tecnología embarcada en sus vehículos. Según Pedrucci, "ya no es posible ser especialista en todo. Hay que hacer equipo con los mejores en cada área, y garantizar la consistencia y calidad bajo el control del grupo".
"Vivimos una época de transformación en la industria automotriz, con la evolución de la matriz energética y nuevos modelos de uso de vehículos. Adaptarnos es esencial para seguir adelante", dice.
Identificar las tendencias del mercado es clave para Renault. “El reto es saber identificar la tendencia. No hay plata para invertir en todo. Hay que conocer el mercado, el perfil del cliente, hoy y en el futuro, para poder ser bien asertivos en las inversiones”, concluye Pedrucci.