La planta de ensamblaje de vehículos COMPAS en Aguascalientes, un proyecto conjunto de Nissan y Daimler que comenzó hace diez años, se ha convertido en el epicentro de una intensa disputa entre ambas automotrices.
La planta, que hasta ahora no ha alcanzado su máximo potencial, se encuentra subutilizada y en un momento crucial debido a la transición de la industria automotriz hacia los vehículos eléctricos. Este cambio en la producción de vehículos de gasolina a eléctricos ha generado un escenario coyuntural que ha llevado a Nissan y Daimler a buscar el control absoluto de la planta.
La gobernadora del estado de Aguascalientes, Teresa Jiménez, confirmó la disolución de la alianza franco-japonesa, subrayando que ambas compañías están interesadas en adquirir la planta.
“El tema es que cada uno quiere comprar COMPAS, ese es el tema. Japón quiere comprar COMPAS. Alemania quiere comprar COMPAS, porque vienen los autos eléctricos, entonces mientras pasa esta transformación hay una readecuación en toda la industria”, comentó Jiménez al término de un evento en la Ciudad de México.