Una apuesta por el diseño
Hoy, del 100% de la producción nacional, apenas se exporta el 6%. Sin embargo, la industria mexicana de la joyería y la bisutería ha trabajado en profesionalizar su cadena productiva, desde los artesanos hasta los diseñadores, para ofrecer productos que no solo sigan las tendencias actuales y atraigan a los compradores jóvenes, sino que también compitan con lo mejor de países con tradición joyera como Italia o Francia.
"El talento y el diseño existen y debemos capitalizarlos. Las grandes marcas utilizan el mismo metal y los mismos brillantes, pero pagan a grandes diseñadores para que creen sus colecciones, y eso es lo que venden”, afirma la representante del sector.
Cásares Ruíz destaca que el camino para posicionar las piezas de joyería mexicana ha sido casi unilateral, con esfuerzos individuales de productores, artesanos, diseñadores y casas joyeras. “No hay un apoyo integral por parte del gobierno y participar en exposiciones internacionales es muy costoso”, declara.
Para que la industria tenga oportunidad de competir frente a otros países, la Cámara de Jalisco cuenta con gerencias de apoyo industrial, cuya labor consiste en identificar las tendencias mundiales en colores, diseños y materiales, para que los joyeros mexicanos las consideren en sus creaciones.
Además de ofrecer productos con diseños acordes a las tendencias internacionales, se están tomando medidas para crear piezas que resalten la identidad nacional y fomentar a los diseñadores en formación para que se atrevan a innovar en sus creaciones.
Braggao, un caso de éxito
Braggao es una de las casas joyeras mexicanas que tiene como meta destacar en los mercados internacionales, compitiendo con marcas como Cartier, Bvlgari y Tiffany’s. Con sede en Guadalajara, Jalisco, esta marca busca atraer a clientes que valoran piezas maximalistas, llamativas y de alto valor en el mercado de oro y diamantes.
Antonio García, director y fundador de Braggao, ve un espacio dentro de la joyería mexicana dirigida a estos mercados, un espacio que quiere ocupar para posicionarse en la industria joyera de alto valor, encontrando en los nuevos ricos de Dubái y China clientes potenciales para sus piezas poco convencionales.
Cásares Ruíz considera que los artistas mexicanos tienen las ‘credenciales’ para competir frente a productores italianos y turcos, así como con las casas joyeras de renombre en el mercado de lujo. Para ganar terreno, elevar la participación de los mexicanos en ferias internacionales es uno de los objetivos. “Esto no depende de una sola persona, tenemos que globalizar con el apoyo del gobierno e industriales”, dice.