Las piezas de joyería grandes, como cadenas gruesas y esclavas, con incrustaciones de piedras preciosas de colores o diamantes blancos naturales, han ganado popularidad entre aquellos que buscan hacer una declaración de estilo audaz. Además, el aumento en la demanda de joyería ostentosa también ha llevado a un cambio en los materiales preferidos.
"Hay un incremento importante en la demanda de piezas de materiales finos como oro y la plata”, detalla Azpeitia en entrevista con Expansión.
Según el informe anual más reciente de la Cámara Minera de México, el consumo mundial de plata alcanzó un récord de 1,242.4 millones de onzas en 2022, lo que representa un aumento anual del 18%. Este crecimiento se debe en gran medida al incremento en el uso industrial y a la compra de joyería y platería. La demanda de joyería ostentosa, impulsada por el momento pospandemia, ha contribuido significativamente a este aumento en el consumo de plata.
El auge de la joyería ostentosa ha llevado a los fabricantes a aprovechar la tecnología para crear diseños más llamativos y voluminosos sin necesidad de utilizar más materia prima. Contrariamente a lo que se podría pensar, estos avances tecnológicos han permitido la creación de piezas más ligeras y con elementos estratégicos, lo que también se traduce en precios más elevados.
La tecnología ha permitido diseñar, por ejemplo, cadenas anchas con gran brillo utilizando técnicas como el huecograbado o ciertos recortes en áreas que no están a la vista. "Esto ha posibilitado la fabricación de torzales hasta un 50% más livianos en comparación con los producidos hace décadas, lo que también implica una disminución en los costos de producción", detalla Azpeitia.
Los nuevos canales de ventas
La pandemia también cambió la dinámica de compraventa de las piezas. En medio de la contingencia sanitaria, cuando la incertidumbre económica y los ingresos familiares eran motivo de preocupación, muchas personas vieron en la venta de joyería una oportunidad para generar recursos, especialmente dentro de sus círculos cercanos.
Dado que la movilidad estaba limitada, los canales de venta se trasladaron al ámbito digital. Según Álvaro Azpeitia, Jalisco fue la entidad que más optó por este modelo de negocio, seguido de la Ciudad de México y Nuevo León.
Las tiendas en línea, las redes sociales y las aplicaciones móviles se convirtieron en herramientas indispensables para exhibir y comercializar piezas de joyería. Esta digitalización acelerada del mercado de la joyería amplió el alcance de los fabricantes y los joyeros, llegando a un público más amplio y diverso.
Azpeitia reconoce que el sector de la joyería se encuentra en un momento de evolución, adaptándose a las demandas de los consumidores jóvenes y ofreciendo diseños que reflejen su estilo y personalidad en el mundo pospandemia.
