El flujo de turistas, en el ojo del huracán
“Si bien las instalaciones en México de los grupos aeroportuarios están aseguradas contra daños causados por desastres naturales, las pólizas de seguro con las que cuentan no cubren las pérdidas causadas por la interrupción de las operaciones”, explica Alik García, subdirector de análisis bursátil de Valmex Casa de Bolsa.
Es decir, el daño económico provocado por los huracanes proviene de la baja en el tráfico de pasajeros. Entre los grupos aeroportuarios (GAP, OMA y ASUR) los destinos más afectados son Puerto Vallarta, Los Cabos, La Paz, Manzanillo, Acapulco, Mazatlán, Zihuatanejo, Cancún, Cozumel y Huatulco.
Por ejemplo, el 25 de octubre de 2023, el huracán Otis afectó a la torre de control del aeropuerto de Acapulco y determinadas zonas de la terminal, lo que obligó a suspender los vuelos comerciales hasta el 13 de noviembre de ese año.
En octubre, noviembre y diciembre pasados, el tráfico total de pasajeros en Acapulco disminuyó -4.7%, -79.2% y -62.8%, respectivamente; mientras que en el acumulado de 2024 el aeropuerto de Acapulco registra una baja de -43.7% (enero-junio 2024 vs. enero-junio 2023) y OMA de -2.0% para igual período.
¿Cómo lo contrarrestan?
“Hay circunstancias en las cuales los grupos aeroportuarios pueden realizar ajustes especiales a sus tarifas máximas para aminorar o incluso neutralizar este impacto negativo”, señala Alik García. El mecanismo para compensar estas pérdidas está regulado para garantizar la viabilidad ante desastres naturales que ocasionen cambios bruscos en las operaciones, la demanda, las obras y las inversiones necesarias.
Las aseguradoras se ajustan a una nueva realidad climática
Las aseguradoras, por su parte, también han tenido que hacer modificaciones que van desde la reevaluación de riesgos, el reaseguro y la modificación de sus tarifas.
De acuerdo con el Cenapred, 81% de los sucesos catastróficos que provocaron daños por más de 17,000 millones de pesos en 2022 están relacionados con fenómenos meteorológicos: inundaciones, viento, y huracanes, entre otros.
Y lo más preocupante es que la evidencia muestra que las temporadas de huracanes han sido, en los últimos años, más intensas que lo anticipado por los pronósticos de Conagua, señala Mario Labastida, director de Estrategia Técnica de Daños en AXA México.
En México, comenta, 68% de la población ha sido afectada por estas situaciones, incluyendo a las empresas. Y, al parecer, este 2024 podría romper récords en siniestralidad para las aseguradoras.
“En 2023, la siniestralidad que tuvimos en el ramo de daños en la parte de seguros representó alrededor de 38,000 millones de pesos y solo el 42% estuvo relacionado con estos siniestros (meteorológicos)”, detalla el especialista de AXA.
Esto va en aumento, ya que en el primer trimestre de 2024 se registran daños por este tipo de siniestros con una tendencia más elevada que el mismo periodo del año anterior.
Las empresas no se aseguran lo suficiente
“Nosotros (AXA) tuvimos un requerimiento (de pólizas) importante después de Otis, para negocios nuevos. Sin embargo, después de un corto tiempo, solo 20% de estas nuevas contrataciones fueron concretadas”, señala Labastida, ejemplificando que en México existe “una falta de cultura” para asegurarse y “memoria de corto plazo” en cuanto estos eventos.
Algunas aseguradoras elevan pólizas
Las compañías de seguro en México tuvieron incrementos de entre 20% y 60% en el precio de las pólizas de seguro después de los impactos de Otis.
Para hacer frente a estos golpes económicos, las empresas de este sector implementaron estrategias como acudir a coberturas de reaseguro (donde las aseguradoras se aseguran, a su vez, a través de aseguradoras globales), que permiten repartir el riesgo y entre este tipo de compañías ante eventos catastróficos.
AXA dice tener un margen de solvencia del 200% para hacer frente a los daños fuera de lo común. Y también ha innovado con productos que pasan por un proceso de mutualización, para llegar a más clientes sin incrementar los precios de sus pólizas.
El gobierno se queda sin presupuesto para su atención
Existen dos programas presupuestales principales para enfrentar catástrofes relacionadas con terremotos, huracanes u otros fenómenos: el Fondo de Desastres Naturales y el Fondo de Prevención de Desastres.
La extinción del fideicomiso realizada durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador podría dejar a México sin suficientes recursos para enfrentar futuros desastres naturales, explica César Rivera de Jesús, especialista en transición energética y medio ambiente del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.
En 2023, los montos autorizados fueron 17,000 millones de pesos para el Fondo de Desastres Naturales y 218 millones para el Fondo de Prevención de Desastres. Estos montos no se ejercieron.
Dado que se extinguió el fideicomiso y el mecanismo que permitía que la bolsa acumulada creciera, llegará el momento en el que el presupuesto para desastres no esté garantizado.
Como solución, el especialista plantea que las entidades estatales desarrollen planes de acción climática y adaptación, especialmente en áreas vulnerables como las costas y zonas montañosas.
“En los estados se tendría que evaluar tal vez estrategias que puedan facilitar la adaptación al cambio climático, que vayan previendo el aumento en el nivel del mar en las costas. Que tengan en cuenta los planes de desarrollo, los planes de infraestructura para que eviten mayores daños”.
Y, por otro lado, propone la colaboración con el sector privado para financiar medidas de adaptación al cambio climático, similar a iniciativas pasadas para combatir el sargazo en las playas turísticas.
“Algo que en algún momento funcionó fue (la situación) del sargazo, que si bien era un problema turístico y asociado a los efectos del del cambio climático, pues se hizo una solución en conjunto con inversión privada”, ejemplifica.