El arte de fumar puros, particularmente los codiciados Habanos cubanos, es una tradición centenaria. Sin embargo, en un mundo marcado por el cambio generacional y los desafíos del cambio climático, esta industria única continúa prosperando.
Pablo Velasco, director general de Importadora y Exportadora de Puros y Tabacos en México, revela cómo se está adaptando Habanos a los nuevos tiempos, en medio de regulaciones, impuestos, huracanes y cambio generacional.
Hasta hace poco, los habanos eran considerados del dominio de personas mayores. Pero hoy, las nuevas generaciones muestran un interés creciente en los puros, con presentaciones más adecuadas e incluso más asequibles.
Velasco destaca que tanto los Habanos cubanos como los puros de otros países, como República Dominicana y Nicaragua, “están trabajando en un producto mucho menos complicado, con mucho menos reglas, con maridajes más relajados, creando una cultura más relajada a la hora de fumar un puro”.
En la Encuesta Global de Consumidores de Statista realizada a principios de 2022, el 11% de las personas en Estados Unidos en el grupo de edad de 20 a 29 años y 16% en el grupo de edad de 30 a 39 informaron haber fumado puros al menos ocasionalmente, en comparación con 9% en 2019.
El hábito de fumar un puro se asocia con momentos de disfrute, relajación e intercambio de experiencias, señala Velasco y recalca que, a diferencia de los cigarrillos convencionales, fumar un habano es una experiencia que requiere tiempo y paciencia.
Por otro lado, los jóvenes aprecian que los puros sean naturales, sin químicos y elaborados artesanalmente, lo que se alinea con las tendencias actuales de un consumo más consciente.
Y, ante la falta de tiempo, Habanos responde con lanzamientos de productos más adecuados, con cepo grueso y menor longitud, por ejemplo. “Al ser un cepo gordo, tienes mucho más bocanada de humo. Y al ser corto, es una fumada de media hora o cuarenta minutos, en lugar de un puro más clásico que podría llevar una o dos horas fumarlo”, explica Velasco.
El cambio climático representa un desafío económico para la industria del tabaco, afectando tanto la producción como la distribución.
En 2022, el huracán Ian destruyó 80% de la infraestructura de producción de tabaco en Pinar del Río, una región icónica de Cuba. Sin embargo, la cooperación entre países productores está ayudando a enfrentar estos desafíos.
“En Cuba existe el Instituto del Tabaco que se dedica a investigar y hacer mejoras a las plantas y semillas del tabaco. Para que sean menos susceptibles a las plagas, por ejemplo”, indica Velasco, pero reconoce que hay retos no solo para la siembra y producción, sino también en las cadenas de suministro, lo cual lleva periódicamente a escasez mundial de tabaco.
La producción de puros es altamente especializada y requiere habilidades transmitidas de generación en generación. Por lo cual, este talento puede llegar a ser cada vez más escaso. Por eso, en Cuba, existen escuelas de torcedores en todas las fábricas para garantizar que la tradición del tabaco continúe.
Velasco señala que los amantes de los puros son leales a su pasión y continuarán comprando puros a pesar de las regulaciones y los impuestos. La compra de puros se convierte en un ritual, donde los fumadores eligen cuidadosamente su puro para ocasiones específicas.
El 70% del precio de un producto de tabaco se compone de impuestos como el IEPS, lo que refleja la importancia fiscal de la industria del tabaco.
El cambio generacional parece ser un reto superado por la industria de los puros que, a pesar de que tiene en Estados Unidos y Europa su principal mercado, ha encontrado en China y otros países asiáticos un nuevo impulso.
En 2023, los ingresos en el mercado de los cigarros en todo el mundo ascenderán a 22,400 millones de dólares y se proyecta que este mercado experimentará una tasa de crecimiento anual de 4.17% de 2023 a 2028. Este mercado actualmente sigue bajo el dominio de los puros cubanos, como Habanos.
Se estima que los impuestos al tabaco pueden representar hasta 70% de su precio final, pero eso no ha frenado el crecimiento del consumo.
Y aunque Habanos nunca se ha opuesto a ninguna de estas regulaciones, recientemente sí se opuso a la política que obligaba a los diferentes establecimientos a no exhibir los cigarros y otros productos de tabaco en vitrinas o mostradores.
Para Velasco, con esta política “no se inhibe el consumo, el fumador sigue fumando puros, pero no tiene posibilidad de entrar al humidor –cuarto diseñado para controlar temperatura y humedad y donde se exhiben los habanos- y ver lo que se está fumando y eso le da más ventana a las falsificaciones que sí pueden afectar la salud del consumidor”.
México es un mercado que no consume los volúmenes de puros de otros países. Pero es importante para Habanos por varios motivos, como su cercanía con Estados Unidos.
Además, Habanos está aprovechando Puerto Vallarta, Cancún y Los Cabos son tres plazas con presencia de Casa del Habano. En Cancún tenemos bodegas para distribuir los habanos. Alrededor de 40% se genera en zonas turísticas. Cabe resaltar que es en Cancún donde la empresa puso su primera Casa del Habano, en 1990.
El Habanos Day es un evento donde se celebra la cultura de los puros. Ofrece maridajes, música cubana y una subasta de piezas vintage de Habanos. Este año, la subasta se llevará a cabo por primera vez en México, marcando 30 años de presencia de Habanos en el país. La cita es este 26 de octubre en la Hacienda de los Morales, localizada en Polanco, Ciudad de México.
