García ahora aspira a que su marca se destaque en el mercado de alto valor, atrayendo a un público joven y audaz con diseños atrevidos y únicos. En esta nueva etapa, Braggao no solo busca vender joyas cuyo valor se basa en su peso y en las piedras preciosas, sino que quiere que los clientes las perciban como piezas de arte y, más allá de un accesorio, las consideren un vehículo de inversión.
“La mayoría de las personas que compran joyas de alto valor buscan piezas llamativas y exquisitas, que combinen materiales, manufactura y una historia detrás de cada pieza”, dice.
Las de Braggao, hechas en oro y diamantes, oscilan entre 10,000 y 550,000 pesos. Además, la marca ofrece a los clientes la posibilidad de solicitar piezas personalizadas. Christian Nodal, por ejemplo, ha comprado artículos de la marca bajo este esquema, como unos aretes de cruces o un anillo personalizado que recibió como regalo.
Lourdes Cázares Ruiz, presidenta de la Cámara Regional de la Industria de Joyería y Platería del Estado de Jalisco (CRIJPEJ), comparte la visión de García. Considera que las marcas mexicanas tienen una excelente oportunidad en el mercado del lujo, donde el diseño es un factor crucial. Y advierte que la joyería mexicana puede sorprender a nivel internacional por la calidad de sus acabados y el uso de piedras preciosas.
“La alta joyería está experimentando un crecimiento impresionante a nivel mundial, y es un mercado que los mexicanos aún no estamos aprovechando plenamente, a pesar de contar con un gran potencial gracias a nuestra creatividad y mano de obra especializada”, comenta Cázares Ruiz.
Según la representante de la industria, el 70% de las ventas en la mayor parte de las joyerías nacionales corresponde a piezas con cristales y piedras de color, mientras que el 30% restante es de lujo, es decir, aquella que incorpora piedras naturales, como diamantes y zafiros.
Cázares Ruiz resalta que el mercado joyero mexicano es diverso y encuentra oportunidades tanto locales como internacionales. Por ejemplo, Dubái, un mercado predominantemente de lujo, compra aproximadamente el 10% de las piezas exportadas desde Jalisco, mayormente, de más de 18 quilates.
“Más allá del valor del metal y las piedras preciosas que pueda contener una pieza, existe un valor especial en la originalidad del diseño y la inspiración que la creó. Los diseñadores mexicanos han logrado posicionar a nuestro país a nivel internacional gracias a la calidad de sus diseños y la manufactura de piezas de joyería que, sin duda, marcan una diferencia”, señala la representante del gremio joyero.
Ahora, Braggao también busca expandirse internacionalmente, con un 20% de sus ingresos actuales provenientes de mercados fuera de México y planes para inaugurar puntos de venta en Estados Unidos.
Su fundador proyecta un crecimiento del 80% en ingresos, impulsado por la demanda de alta joyería única y personalizada. La plataforma de datos e inteligencia empresarial Statista prevé que el mercado global de la alta joyería alcanzará ingresos de 27,470 millones de dólares este año, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 2.5% hasta 2028.
“Ninguna empresa o joyería local ha trascendido a nivel mundial, a pesar del gran encanto que México ejerce globalmente. Las marcas de lujo y casas de moda se inspiran en nuestra cultura. Queremos ser la primera casa mexicana que forme parte del olimpo de las marcas de lujo”, afirma el fundador de la marca.
