Este entorno favorable ha llevado a que el índice de oportunidad para financiar un vehículo disminuya en un 24%, lo que equivale a 30,570 millones de pesos. Este índice representa la cantidad de vehículos que no se han podido financiar en el pasado, pero ahora refleja una situación más positiva, ya que muchos de esos vehículos sí han encontrado financiamiento.
Esta tendencia ha resultado en un aumento en la colocación de vehículos a través de financiamiento, con la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) reportando la venta de 667,512 unidades en lo que va del año, lo que representa un incremento del 15.5% respecto al año anterior.
El Banco de México, en su última Junta de Gobierno, decidió reducir la tasa de referencia a 10.5%, marcando el segundo recorte consecutivo. Esta disminución ha permitido a bancos y financieras de marcas ser más flexibles en el otorgamiento de créditos, lo que ha fomentado una mayor creatividad en sus ofertas. “Los bancos y financieras han empezado a ser más creativos en la manera de otorgar créditos, lo que ha beneficiado a los consumidores”, destaca Ramírez.
Durante el año pasado, la situación fue diferente, ya que la elevada inflación llevó a un aumento en las tasas de referencia, lo que resultó en que alrededor de 74,300 autos, equivalentes a más de 40,223 millones de pesos, no pudieran financiarse.
Este repunte en el financiamiento se da en un contexto donde la oferta de vehículos ha mejorado, gracias a la normalización de las cadenas de suministro que enfrentaron serios problemas en años anteriores. Las agencias y concesionarios, que anteriormente lidiaban con listas de espera de al menos un mes para la entrega de vehículos, ahora están viendo un abasto más estable.
"Se está estabilizando el abasto de producto entre retail y flotillas. Al crecer los inventarios de todas las marcas, comienzan a ser mucho más creativos y ajustan más su oferta comercial”, concluye Ramírez.