El Puerto de Liverpool, dueña de Liverpool y Suburbia, mantiene desde hace años una oficina de abastecimiento en Shanghái para gestionar la compra de productos en el mercado asiático. Grupo Coppel, otra de las principales cadenas del país, también tiene operaciones en China para optimizar su cadena de suministro. Waldos, por su parte, ha basado gran parte de su oferta en productos asiáticos, incluyendo mini autos y bicicletas eléctricas de gran popularidad entre los consumidores.
Estas oficinas permiten a las cadenas negociar directamente con proveedores chinos, optimizando costos y asegurando el abasto de productos, especialmente en temporadas de alta demanda como las fiestas decembrinas. Sin embargo, a diferencia de SHEIN y Temu, estas empresas deben pagar aranceles e impuestos de importación, lo que eleva los precios al consumidor final.
Manuel Cadena, director de relación con gobierno de la Antad, destacó que, si bien el ajuste en los impuestos para las plataformas digitales es un avance, todavía queda trabajo por hacer en materia aduanera. “El andamiaje legal prácticamente está regulado, pero se espera un trabajo permanente en la aduana para evitar cualquier tipo de importación irregular”, señaló.
El país asiático es el segundo mayor socio comercial de México, representando aproximadamente el 20% de sus importaciones, solo por debajo de Estados Unidos. Esta relación ha permitido a los grandes retailers abastecerse de una amplia gama de productos, desde textiles hasta electrónicos y juguetes.
No obstante, el gobierno mexicano ha intensificado su escrutinio sobre las importaciones provenientes de China, cerrando plazas comerciales y decomisando mercancía sospechosa de haber ingresado al país sin pagar impuestos. Esto se suma a las nuevas reglas que obligan a SHEIN y Temu a tributar, con el objetivo de eliminar ventajas fiscales que afectaban a los negocios establecidos.
A la espera de una nueva NOM
Además de los ajustes fiscales, las autoridades y las tiendas departamentales están impulsando una Norma Oficial Mexicana (NOM) que impondrá nuevos requisitos a las plataformas asiáticas. Según Manuel Cadena, esta normativa asegurará que los productos vendidos en estos marketplaces cumplan con estándares de seguridad e información comercial. “El proyecto está en un proceso de consulta pública y por los tiempos podría tomar entre tres y seis meses”, explicó.
La NOM busca garantizar que los artículos vendidos en línea tengan la misma regulación que los que se comercializan en tiendas físicas, asegurando que cumplan con normativas de calidad y seguridad. De aprobarse, esto representaría un nuevo desafío para SHEIN, Temu y AliExpress, que hasta ahora han operado bajo regulaciones más laxas en comparación con los comercios tradicionales.
Mientras el debate sobre la regulación del comercio digital continúa, las tiendas departamentales y supermercados siguen aprovechando sus relaciones con proveedores chinos para mantener sus inventarios surtidos. Sin embargo, con la implementación de nuevas reglas, el panorama del retail en México podría cambiar, obligando a todos los jugadores a adaptarse a un entorno con mayores exigencias fiscales y regulatorias.
La clave del asunto radica en el modelo de importación. Mientras los retailers establecidos pagan aranceles e impuestos por sus productos chinos, SHEIN y Temu habían encontrado una forma de sortear estos costos con el esquema de de minimis. Con las nuevas restricciones, las plataformas enfrentarán un mayor control fiscal, lo que podría reducir su ventaja de precios y, eventualmente, equilibrar la competencia en el sector.