“Como industria de industrias, nosotros abastecemos más de 20 cadenas industriales de valor en todos los segmentos. Si la tecnología finalmente no fuera de litio y fuera el hidrógeno verde, azul, cualquier hidrógeno, incluso el gas como combustible de transición, Dow va a tener algún rol en esa transición”, argumenta.
En 2020, la compañía lanzó MobilityScience, una plataforma enfocada en la generación de nuevos componentes para satisfacer las necesidades emergentes de la industria automotriz, como la producción de vehículos cada vez más livianos. Esta plataforma trabaja de la mano de los fabricantes de equipo original, los OEM, y otros fabricantes intermedios.
En medio de la extensa cadena de valor del sector automotriz en México, algunos productores, principalmente de componentes intermedios tipo Tier 1 o Tier 2, han visto resultados financieros no tan positivos por haber apostado hacia la electrificación, y hoy la adopción de esta tecnología está ralentizándose, a la par que otras opciones comienzan a posicionarse.
Dow ha detectado áreas de oportunidad en segmentos como la producción de espumas de poliuretano para los cojines o los tableros de los vehículos, desarrollar bolsas de aire más resistentes, flexibles y sustentables, así como selladores de siliconas que sean más livianos y resistentes a los cambios de temperatura. Es decir, la apuesta va más allá de solo la búsqueda de hacer baterías de litio más ligeras con la finalidad de que brinden más autonomía. “Podríamos hablar de baterías, pero si el auto estuviera movilizado por hidrógeno, igual va a necesitar cojines más livianos, tableros más livianos, selladores más sustentables, bolsas…”, agrega el directivo.
MobilityScience encabeza los resultados favorables para Dow en México. Desde su lanzamiento, la plataforma ha conservado crecimientos a doble dígito, de tal manera que para este año la perspectiva es que repunte hasta 20%. “Claramente, es el segmento en donde estamos creciendo por encima del crecimiento orgánico, del producto interno bruto y mucho más que los demás segmentos, por eso justamente creamos esta plataforma”, agrega Campodónico.
En medio del desarrollo de nuevos escenarios, Dow decidió también jugar en un nuevo segmento: las carreras de autos. En el campeonato mundial de la ABB FIA Fórmula E, Dow participa con su socio estratégico Jaguar TCS Racing, colaborando para la gestión térmica de los vehículos eléctricos que se dan cita en la pista.
La compañía ha contribuido a determinar el material de interfaz térmica que ofreciera el mejor rendimiento optimizado, no solo en su conductividad, sino también en resistencia y durabilidad. De igual forma, ayudó a proteger y regular los componentes necesarios en el sistema de propulsión, a pesar de que cada uno de estos tiene su propio entorno y temperatura ideales.
Desde la perspectiva de Campodónico, incursionar en este tipo de actividades es una manera de decirle al mundo que la empresa está presente, y como punta de lanza, en la búsqueda de alternativas de movilidad baja en emisiones. “Es también algo que marca esa voluntad de ser protagonistas, de tener nuestro logo, volviendo al hecho de que somos una industria de industrias y que, en general, no ves nuestro logo. Hemos tomado la decisión de hacer un partnership con altísima visibilidad para llevar a nuestros clientes a las carreras”, sostiene.
Más allá de los aranceles
México representa alrededor de un tercio de la facturación de la compañía en la región de América Latina, que el año pasado generó ventas por 4,876 millones de dólares, el 11.3% de los 42,964 mdd en ventas netas con los que cerró la compañía en 2024. La empresa tiene además en la región 13 plantas divididas en cuatro países, entre ellos, México.
Y las perspectivas alentadoras van más allá de lo que el país puede significar como potencia exportadora, ya que también resulta un mercado atractivo por su consumo interno y las facilidades para la entrada de nuevos capitales. “No tenemos ninguna intención de irnos de aquí, porque México es una economía abierta, mucho porque le da la bienvenida a la inversión extranjera directa”, asegura el ejecutivo.
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha significado un nuevo panorama para la mayoría de las empresas que operan en el territorio nacional, incluido Dow. Campodónico considera que “es un periodo, innegablemente, de incertidumbre”, pero confía en que las negociaciones se llevarán de la mejor manera. La firma estadounidense no siempre ha estado de acuerdo con las decisiones que se toman desde el gobierno del país vecino.
Por ejemplo, cuando anunció que se retiraría del Acuerdo de París, en el marco de la primera administración de Donald Trump, desde Dow “manifestamos nuestra disconformidad, porque claramente creemos en instrumentos internacionales”, sostiene el directivo de origen argentino, que hasta agosto del año pasado presidía Dow Argentina y la región sur de América Latina.
Dow sigue viendo a México, Estados Unidos y Canadá de una manera integral y conjunta, como un bloque económico robusto. “Como compañía global con sede en Estados Unidos, un mensaje importante es que nosotros estamos 100% a favor del T-MEC y de la riqueza que generó para esta región. Está sacando y elevando a millones de personas de la pobreza y dando crecimiento sostenible para México y también ayudando a las empresas americanas a maximizar sus operaciones y a competir globalmente, así que soy optimista respecto del futuro”, expone.
Campodónico ejemplifica que, en el caso de algunos componentes, como las bolsas de aire, estas llegan a pasar de ocho a 12 ocasiones la frontera, de tal forma que, si se llegase a imponer aranceles, la empresa buscaría la manera de utilizar su infraestructura existente para contrarrestar estas tarifas, con miras a generar la menor cantidad de impactos.
“Obviamente, habría un impacto, pero sería parte de las nuevas reglas del juego del mercado y creo que todas las compañías globales tendríamos que hacer todo lo posible para que esos aranceles no impacten en el precio final que pagan los consumidores, porque la verdad es que los consumidores tienen opciones hoy, sobre todo”, apunta.
Dow llegó a México en 1959 y hoy cuenta con centros de manufactura en el Estado de México, Tlaxcala y Querétaro. Sin precisar cifras de inversión en el último, Campodónico sostiene que la empresa está destinando capitales a sus plantas en México, ejemplificando la situación de su fábrica en Querétaro.
“Las plantas de Dow siempre reinvierten, porque son plantas que requieren muchos proyectos de life extension, no inversiones en expansión. Por ejemplo, veo la planta de Querétaro, que hace algunos años estaba con algunas dificultades en el mercado, pero hoy está totalmente vendida”, agrega.
Aunque actualmente la mayoría del presupuesto de la compañía está enfocada en la construcción de una planta química cero emisiones en Fort Saskatchewan, en la provincia canadiense de Alberta, en su nueva posición, Campodónico busca que desde la sede de la empresa se tome la decisión de invertir cada vez más en América Latina.
“Un desafío que tengo es cómo armamos una narrativa de América Latina que nos permita pelear por más inversiones con la casa matriz, ¿cómo hacemos que América Latina sea atractiva para que lo que estamos viendo en Canadá ocurra en América Latina, traer de nuevo inversiones hacia esa región?, plantea.