CIVAC, la primera planta de Nissan fuera de Japón
Fundada en 1966, CIVAC fue pionera en múltiples frentes. Allí se ensamblaron modelos icónicos como el Tsuru, la Estaquitas, el Tiida y hasta el emblemático taxi de Nueva York. Su legado es innegable, pero en los últimos años fue perdiendo protagonismo dentro de la estrategia global de Nissan, que desde hace más de una década apostó con mayor fuerza por su clúster industrial en Aguascalientes.
“La situación parece más un hecho aislado”, afirma Rogelio Garza, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), al enfatizar que el cierre no responde a tensiones arancelarias recientes, sino a una estrategia de eficiencia de largo plazo. “Yo no veo que en el corto plazo se vaya otra planta”, agrega.
Desde 2021, el futuro de CIVAC comenzó a tornarse incierto. Ese año, Nissan reubicó la producción del modelo Sentra a Aguascalientes, dejando en Morelos solo a la NP300 como último bastión productivo. Los turnos se redujeron, las líneas se apagaron paulatinamente y las inversiones en modernización cesaron.
“Fue una crónica de una muerte anunciada”, comenta un directivo del sector automotriz. En efecto, CIVAC no recibió nuevos proyectos en los últimos años, a diferencia de Aguascalientes, donde en 2023 Nissan invirtió 700 millones de dólares para adaptar sus instalaciones al ensamblaje de vehículos con mayor equipamiento y tecnología.
A lo largo de su historia, CIVAC exportó vehículos a países como Bolivia, Ecuador y Chile, pero en los últimos años su vocación se tornó local, sin señales de renovación tecnológica ni de electrificación, en momentos en que la industria global se alinea con estos vectores.
Con más de 400,000 metros cuadrados —el equivalente a 56 campos de fútbol—, la planta de CIVAC alguna vez fue el corazón operativo de Nissan en México. Su cierre simboliza el fin de una etapa, pero no un repliegue generalizado. “Nissan no se está yendo de México”, aclara Garza. “Hizo un ajuste en su producción, inclusive trasladó de Argentina algún producto para México”.
En 1992, Nissan abrió su planta A1 en Aguascalientes y, en 2013, inauguró A2. Desde entonces, la región del Bajío ha concentrado no solo la producción de modelos clave como Kicks y Sentra, sino también las inversiones más relevantes en manufactura avanzada.
“Fue construida en un tiempo récord de 19 meses”, destacó Nissan en su momento sobre A2. Ese ritmo de desarrollo contrastó con el estancamiento en CIVAC, que dejó de ser parte de la estrategia de futuro. La decisión global de Nissan es reducir 20% su capacidad instalada para ajustarse a la nueva demanda.
Los ajustes de footprint —el mapa productivo global— no son inusuales en un contexto de redefinición de cadenas de suministro y cambios en las reglas del comercio internacional. “Las compañías están evaluando qué producen aquí, qué en otro lado, en dónde les conviene más”, explica Garza.
¿Qué pasará con los trabajadores de CIVAC?
Durante el año fiscal 2025 —que inicia en abril de 2025 y concluye en marzo de 2026—, Nissan desactivará progresivamente la producción en CIVAC, al tiempo que fortalece su operación en Aguascalientes, una de las más modernas del grupo a nivel global. Ahí se fabricarán tanto modelos actuales como futuros, utilizando tecnologías de última generación y recursos avanzados.
Aunque la empresa no detalló el número de empleos afectados ni los costos asociados a la reconfiguración, aseguró que trabajará para garantizar una transición ordenada y con pleno respeto hacia sus colaboradores en Morelos. También reiteró que sus operaciones comerciales seguirán sin cambios, atendiendo a sus clientes con normalidad.
En Agusclientes, Nissan tiene capacidad instalada para producir alrededor de 500,000 vehículos al año, con lo que se mantendrá como uno de los principales fabricantes del país. Pero la salida de CIVAC del mapa productivo recuerda que la permanencia industrial exige adaptación continua, inversión tecnológica y alineación estratégica.
Mientras tanto, el líder del gremio busca calmar las aguas con un mensaje tranquilizador. “Ni Ford, ni nadie se ha ido. Ninguna empresa se ha ido de México, y eso hay que dejarlo muy claro”, enfatiza Garza, ante los temores que una noticia de este tipo podría despertar en el ecosistema automotriz.