Es difícil imaginar que una red de estas características tenga acceso a esta información sin que –de alguna manera– se pueda traficar con los datos personales de cientos de miles de clientes.
“Todo el mundo lo sabe y todos (los bancos) te dicen que te van a proteger, pero todo el mundo tiene tus datos”, dice con resignación María Elena, quien lleva desde diciembre tratando de que se le restituya su dinero.
Juan Carlos Jiménez, director general de la Asociación de Bancos de México (ABM), niega que sean los bancos quienes filtran la información a estas redes y pone la responsabilidad en la cancha de los usuarios.
"Esta gente está muy bien preparada, con muchos estudios, tienen muchísimos recursos y toda la cooperación de los criminales internacionales para hacer ingeniería social", alertó Jiménez. De acuerdo con datos de la Condusef, solo el 29% de las quejas por transferencias electrónicas no reconocidas (que se hace desde la banca en línea o aplicaciones móviles) termina con un fallo a favor del cliente.
Lo más habitual es que cuando alguien acude al banco para denunciar que fue objeto de una estafa, la institución argumenta que es responsabilidad individual no otorgar datos sensibles como contraseñas y claves.
“Aunque (los criminales) hayan logrado construir toda esa información (nombre del banco, nombre del cliente y número de tarjeta), si tú no les das tus claves, no pueden hacer nada”, concluyó.
Campañas de conciencia
Desde 2020 la ABM comenzó la campaña “Protégete, que no te engañen” para alertar a las personas sobre este tipo de delitos.
En la asociación advierten de distintas estrategias que se han identificado durante estos años con la esperanza de que de esa manera los usuarios puedan identificar a una persona que se hace pasar por un ejecutivo.
Los fraudes, argumentan en la ABM, se concentran por tres vías: llamadas telefónicas, mensajes de texto y correos electrónicos.
A pesar de las campañas, la cantidad de todos los tipos de fraudes bancarios ha ascendido en los últimos dos años hasta llegar a las 76,000 denuncias al cierre del 2021.
Además, las quejas por transferencias electrónicas prácticamente se duplicaron de 2019 a 2021 y rozaron las 18,000.
Con información de EFE