Pero un día recibió un mensaje de texto alertándola sobre un movimiento extraño en su cuenta.
De inmediato, recibió una llamada del número del banco que aparece al reverso de su tarjeta de débito, ella no lo sabía pero quienes la llamaban realmente eran delincuentes de una red de estafas.
Cuando intentaron convencerla de que diese sus contraseñas para “cancelar el movimiento” se dio cuenta de que era una estafa.
Sin embargo, los delincuentes ya habían accedido al soporte de su teléfono y comenzaron a escribirle insultos a su marido.
“Le enviaron textos con cosas obscenas, como que lo engañaba. Estaban furiosos porque no les di la información que querían. Lo que me preocupa es cómo supieron todos mis datos al contactarme”, se queja con amargura González.
Así como ella, en México se cifran en decenas de miles los usuarios que han recibido mensajes de texto, llamadas y correos de personas que se hacen pasar por el banco para luego vaciar sus cuentas.
Solo en 2021, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) registró un aumento del 52% en las denuncias de fraudes bancarios por internet con respecto a 2020, al situarse en 24,215 reclamaciones.
“(Los años) 2020 y 2021 fueron atípicos, pero las denuncias por fraude han sido una constante”, señaló en entrevista Jesús Chávez Ugalde, director de Análisis y Estadísticas de Servicios y Productos Financieros de la Condusef.
Sin protocolos
A María Elena –que prefiere no dar sus apellidos–, de 77 años, le pasó algo similar pero a diferencia de González, los delincuentes pudieron desfalcar su cuenta y hasta pidieron más crédito en su tarjeta para seguir robando.
Tanto con María Elena como con González, los estafadores se ganaron su confianza y simularon a la perfección ser un asesor del banco que se sabía sus nombres completos, sus números de tarjeta y, naturalmente, a qué institución financiera pertenecían.