En efecto, para el ejercicio 2024 la tasa de retención anual podría ser del 1.48%, lo cual es 8.6 veces mayor a la tasa establecida durante el ejercicio 2023, que fue del 0.15%. Durante 2022 la tasa de retención fue incluso más baja, de solo el 0.08%.
Una de las razones para aumentar el impuesto, señaló Hacienda, fue la recuperación de la tasa real de interés. Es decir, la tasa que resulta después de descontar la inflación.
De hecho, mientras la inflación ya se redujo a niveles de 4.64% en agosto, la tasa de interés del Banco de México sigue en 11.25%. Lo cual contrasta con las condiciones del año pasado, cuando la inflación cerró en 7.82%.
¿A quiénes afecta este impuesto?
Los ahorradores de Cetes, por ejemplo, serían algunos de los principales afectados con este incremento del impuesto. Y, en general, toda persona que invierta en estos y otro tipo de bonos del sistema financiero mexicano.
De este modo, si al final de 2023 la tasa de interés continúa en 11.25% y la inflación cierra en 3.8%, como estima el propio gobierno, los ahorradores de Cetes tendrán una tasa de rendimiento real del 6.7%.
Las instituciones que pagan intereses a los inversionistas retienen en automático el impuesto. Cabe aclarar que en el caso de los Cetes, por ejemplo, la retención de 1.48% es provisional y que el pago total de ISR se determinará con la declaración anual.