¿Con contador o sin contador?, es el dilema de los contribuyentes obligados a presentar la declaración anual del Impuesto Sobre la Renta (ISR) al Servicio de Administración Tributaria (SAT).
El mensaje del SAT cada temporada de declaración anual de las personas físicas, en el mes de abril, es que con el formato prellenado es sencillo cumplir con esta obligación sin necesidad de un experto en contabilidad, pero, ¿qué del todo esto es cierto?
Todo dependerá del régimen o regímenes en que te encuentres registrado; empleado, persona física con actividad empresarial, arrendador, persona física con actividad empresarial, si tienes empleados, si vendiste alguna casa o local durante el año a declarar, que en este año será 2023.
Para una persona que solo recibe ingresos por salarios, por ejemplo, no es tan necesario que contrate servicios de contaduría. Una de sus obligaciones fiscales, y solo si sus ingresos al año rebasan los 400,000 pesos, será presentar su declaración anual, y facturar sus gastos personales candidatos a ser deducibles.
“Las personas asalariadas pueden saber rápidamente si lo que está precargado en el formato de la declaración anual coincide con lo que les pagaron. Tienen un mayor control de sus ingresos que obtienen por salarios y les expiden comprobantes fiscales digitales (cfdi) por cada pago mensual, quincenal, el patrón retiene el ISR”, explicó Virginia Ríos Hernández, Integrante de la Comisión Técnica de investigación Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México.
Estas personas pueden recurrir al departamento de contabilidad o Recursos Humanos de su empresa, cuando encuentre alguna inconsistencia con su información precargada. Otras veces la propia empresa ofrece ayuda a sus trabajadores para presentar su declaración anual.
El panorama y las necesidades cambian para personas físicas que tienen más de una fuente de ingresos o varias actividades económicas. Por ejemplo, si además de recibir ingresos por salarios tienen en renta locales comerciales, o en un año venden su casa-habitación o un terreno.
“Ahí es necesario un contador para que revise que lo que está precargado, es lo que debe ser de acuerdo a lo que marca la ley. Si las personas tienen actividad empresarial, entran operaciones más complejas por la adquisición de bienes como maquinaria, equipo de cómputo, inversiones. Eso normalmente no lo hace el sistema del SAT, eso lo hace el contador”, apuntó Ríos Hernández.
También, si la persona física ya tiene empleados y realiza una actividad empresarial, tiene obligaciones como el pago y reporte de PTU, “eso en automático lo puede hacer el sistema, pero es preferente que lo revise un contador", agregó.
Contratar a un contador público certificado, o colegiado, te garantiza que este profesional esté actualizado y pueda informar al SAT tu condición fiscal de manera precisa.
Durante la temporada de la presentación de la declaración anual, es común encontrar presuntos servicios de contaduría a precios muy bajos para presentar obligaciones fiscales, pero estas pueden ser un riesgo para el robo de datos, de la firma electrónica, o una contabilidad mal realizada que te conlleve a multas y recargos.
