Todo para la fiesta estaba listo. Uber llevaba meses preparando su salida a Bolsa, sus inversionistas estaban expectantes y todo parecía que sería un gran festejo. Al fin de cuentas, se trataba de la cuarta oferta pública inicial (OPI) en la Bolsa de Nueva York más grande en los últimos 10 años, al recaudar 8,100 millones de dólares (mdd).
#HistoriasDeTerrorEnBolsa: La espeluznante salida de Uber
El día que el mercado esperaba con impaciencia llegó: Uber debutó en Bolsa, pero nada fue como se había previsto. Los inversionistas la recibieron con una caída de 8% en el precio de su acción.
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Las sonrisas con las que comenzó la jornada pronto se borraron. Luego de salir a 45 dólares por acción, el precio se cayó 7.6% a 41.59 dólares. El que fue un esperado debut se convirtió en uno de los mayores tropiezos de los últimos años.
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Aquel día fue solo el principio. Desde entonces, el precio de la acción de Uber no ha dejado de caer y solamente dos días -el 27 y 28 de junio- logró superar su precio de salida. Desde el 9 de mayo que salió a Bolsa hasta hoy, el precio de las acciones de la firma acumulan un descenso de 27%.
“Estuvimos esperando mucho la salida de Uber, porque antes de su lanzamiento la capitalización ya era una cantidad considerable”, cuenta Rodrigo Alfaro, asesor en inversiones senior de BlackBull Advisors. El año pasado, banqueros de inversión proyectaban un valor de 120,000 mdd para la firma, pero ahora ronda los 55,000 mdd, menos de la mitad.
“Realmente Uber es una empresa innovadora que revolucionó la forma de transportarnos en el mundo y la gente la tiene tatuada en la cabeza como marca. ¿Quién no conoce Uber? Eso lo hace más atractiva ante los ojos de un inversionista con poca experiencia. Sin embargo, en tema de inversiones, lo que cuenta es que sea un negocio rentable, la cotidianidad las hace verse más atractiva pero la realidad está oculta en los números”, comenta Octavio Rojas, asesor en inversiones independiente en IMLions.
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Al igual que otras empresas de tecnología que ofrecen servicios, los inversionistas dudan de su rentabilidad, pues continúan registrando pérdidas y siguen multiplicando las promociones para atraer y conservar a los clientes. Además muchas de estas firmas logran ser valuadas por montos extraordinarios.
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“En los reportes trimestrales es donde te das cuenta que a lo mejor la empresa no vale lo que cuesta su acción. A lo mejor es rentable, pero hay que reducir mucho el valor de la acción para que sea atractivo para el inversionista”, comenta Alfaro.
Por ahora, los inversionistas se mantienen a la expectativa del futuro de Uber, que está diversificando sus negocios y se está esforzando por lograr ser rentable, lo que puede animar a los inversionistas y tal vez, solo tal vez, logre remontar su caída en Bolsa.
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