Los grandes bancos prevén un repunte de las compras de oro por parte de los bancos centrales, un impulsor importante de los precios en los últimos años, en 2021 tras la desaceleración de este año.
Los bancos centrales demandarán más oro en 2021, prevén los especialistas
Citigroup prevé que la demanda del sector oficial aumente a alrededor de 450 toneladas después de una caída a 375 toneladas este año, que sería la más baja en diez años. HSBC Securities (USA) espera un ligero repunte a 400 toneladas frente a las 390 toneladas estimadas en 2020, posiblemente la segunda cantidad más baja en 10 años.
Si bien los pronósticos distan mucho de las compras casi récord de más de 600 toneladas al año registradas tanto en 2018 como en 2019, una mayor actividad del banco central apuntalará los lingotes. Rusia podría regresar al mercado la próxima primavera y el banco central de China podría reanudar su incorporación a las reservas después de las elecciones estadounidenses, dijo Citi en un informe este mes.
Este avance puede tener un mayor impacto en el mercado si los fondos cotizados en Bolsa, impulsores clave de la demanda en 2020, desaceleran sus compras a medida que las economías globales se recuperan de la pandemia de coronavirus.
“Aunque la demanda de oro del sector oficial fue bastante sólida en 2019 y 2018 y es más suave este año, no es necesariamente débil en cuanto a niveles históricos”, señaló James Steel, analista jefe de metales preciosos de HSBC. “Si bien no se debe descartar la influencia de la actividad de los bancos centrales, está ocupando un segundo plano ante los fondos cotizados y otras formas de demanda este año”.
El precio del metal amarillo y de activos ETF se disparó a un récord en 2020 cuando los inversores buscaron refugio durante la pandemia, una política monetaria más flexible y la posible degradación de las monedas fiduciarias.
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Colombia y Uzbekistán se encuentran entre los países que redujeron sus reservas de oro en los últimos meses, y Filipinas ha dicho que está considerando vender. Rusia anunció que suspendería las compras a partir de abril y ha pasado casi un año desde que China reveló cualquier movimiento.
“Las compras netas de bancos centrales se han desacelerado, pero siguen siendo positivas, por lo que no hay riesgo de que los bancos centrales se conviertan en una fuente de presión a la baja en los precios como en los años 90”, dijo Bernard Dahdah, analista sénior de materias primas de Natixis SA.