En su política monetaria, Banxico había mantenido una postura más relajada con respecto a otros países emergentes, como Brasil y Rusia, que desde inicios de marzo y abril comenzaron a subir las tasas, incluso por encima de la de Banxico, para intentar domar a la inflación. Con esta diferencia de tasas, los inversionistas perdían interés en el rendimiento que ofrecía México: si un inversionista se financiaba a una tasa de casi cero (0-2.5%) en Estados Unidos e invertía en bonos de corto plazo en México, el diferencial era de 375 puntos base, el mismo de Rusia y cercano al diferencial con la tasa brasileña, cuyos bancos centrales ya habían iniciado un alza de tasas. Con el alza de la tasa de Banxico, el premio para los que invierten en México es mayor.
La tasa de interés es una manera de atraer inversionistas a países en los que no confían del todo, ya sea porque han tenido depreciaciones en sus monedas o inflaciones que se han salido de control. “Ese premio tiene que ver con riesgo sistemático de la economía o del mercado entre otros factores”, dijo Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de la institución financiera Banco Base. Entre los factores que también observan los inversionistas extranjeros se encuentran los ingresos y ahorros que tenga el país para cubrir la deuda financiera, así como el nivel de endeudamiento.
De momento, estos factores juegan en favor de México que aún mantiene el grado de inversión, a diferencia de Brasil o Rusia. Aunque el país ha visto la salida de casi 136,000 millones de pesos en bonos gubernamentales, de acuerdo con cifras de Banxico al cierre de junio, lo que refleja la cautela que aún tienen los inversionistas.
“Si bien las tasas de los bonos han bajado mucho en México, no ha sido tanto porque los riesgos mexicanos se están reflejando en las tasas”, dijo Jorge Marmolejo, administrador de portafolios de inversiones de Franklin Templeton en México. El país “es de los mejores posicionados en tema fiscal, pero la recuperación podría deteriorarla”, añadió
Marmolejo no es el único en tener esta preocupación. La agencia calificadora Moody’s ha comentado que la recuperación económica en México será lenta a diferencia de los países que abrieron la llave de la deuda para subsidiar a desempleados y empresas en medio de la pandemia.
Pero aún no se observa una presión fiscal en las finanzas públicas del país que ahuyente a los inversionistas que siguen la estrategia del carry trade o que adquieren bonos mexicanos. Para Marmolejo estos inversionistas no serán disuadidos hasta que las calificadoras comiencen a dudar de esta estabilidad financiera en México. “Mientras no veas a las calificadoras moverse de una manera decisiva y fuerte puedes seguir ahí a pesar de que al país no le esté yendo tan bien”, dice el especialista.
Hasta ahora, México parece que seguirá dominando el mercado de carry trade. Los economistas anticipan que Banxico no detendrá su escalada de tasas hasta que rompa el techo del 4% en dos años, de acuerdo con la mediana de los especialistas privados consultados por el banco central. Incluso, las tasas de los Cetes a 28 días descuentan una nueva alza de tasas con un retorno de 4.30%, según la subasta de estos valores el 13 de julio. Sumado a este atractivo, el tipo de cambio se ha mantenido prácticamente estable a un nivel que ronda los 19 y 20 pesos por dólar.