¿Qué tan grave sería el impago de EU?
Abrir la puerta a un impago de Estados Unidos, considerado por los inversionistas como un país seguro para poner su dinero, “dañaría seriamente” a la economía, a decir de Yellen. Para otros gestores de activos incluso el escenario de un default sería “catastrófico” para el sistema financiero.
Si el Congreso cruza la fecha límite, el Tesoro se retrasará en pagos “críticos”, que van desde salarios a empleados federales y militares, beneficios a veteranos hasta programas de salud y de seguridad social, señaló el think tank Bipartisan Policy Center basado en Washington, DC.
Este escenario cobra relevancia al revisar los análisis de las calificadoras. Por ejemplo, Fitch, que mantiene una nota de AAA con perspectiva negativa al soberano, advirtió que esa falta de pago se traducirá probablemente en una degradación de la calificación soberana, aún si no se cae en un impago con los bonistas.
Todo esto inyecta nerviosismo en el mercado y los inversionistas acuden a activos de refugio, como el dólar, que en la semana alcanzó un máximo de 10 meses frente a una cesta de divisas. Mientras que en el mercado de acciones, considerado riesgoso, los inversionistas venden haciendo que baje. En septiembre, los principales índices bursátiles de EU, el Nasdaq y el S&P500 cayeron 5%, su peor desempeño desde que comenzó la pandemia.
Regularmente, los inversionistas también suelen acudir a los bonos del Tesoro a 10 años, pero dada la posibilidad de que el gobierno no pueda pagar, se alejan de ellos, haciendo que su precio baje y su rendimiento aumente, así en la semana el bono a 10 años alcanzó un máximo de tres meses a 1.5%.
En un reporte, Ramsé Gutiérrez, codirector de inversiones en el administrador de activos Franklin Templeton en México, señaló que la volatilidad en los mercados persistirá mientras no se resuelva una extensión o suspensión del límite de la deuda. “En particular, el dólar (al ser la mejor opción como moneda de reserva) podría seguir fortalecido contra el peso, monedas desarrolladas y emergentes como en los últimos 20 días”, escribió Gutiérrez.
Aunque el default no es escenario base para los economistas, en algunas ocasiones las batallas en el Congreso pueden tener consecuencias en la reputación crediticia. Un ejemplo reciente ocurrió en 2011. Tan sólo la idea de que el gobierno de Estados Unidos no cumpliera con el pago mensual a sus bonistas provocó que la calificadora Standard & Poor’s degradara la calificación crediticia soberana a largo plazo por primera vez.
“Las condiciones de mercado están lejos de ser el principal obstáculo para evitarlo, está más bien ligado a la voluntad política de los legisladores”, comentó Gutiérrez.