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El invierno y el control de la OPEP da un respiro a las petroleras en Bolsa

La creciente demanda por combustible y la limitada oferta de la OPEP ha impulsado el precio de las acciones de las principales petroleras.
jue 21 octubre 2021 05:01 AM
Ilustración de gráfico de línea con tendencia alcista y pozos petroleros de fondo.
En lo que va del año, el precio del petróleo ha subido más de 50%.

A finales del año pasado, la industria petrolera se encontraba moribunda: los cierres de diversas actividades económicas por la pandemia y las voces clamando el fin de los combustibles fósiles descalabraron a las petroleras en la Bolsa. Un año después, la próxima llegada del invierno y la transición a energías renovables -paradójicamente- parecen darle un respiro al sector y a sus inversionistas.

Pese a las presiones para deshacerse de su negocio de oil & gas, las acciones de las principales petroleras del mundo registran un rally alcista desde que inició este año, alcanzando niveles no vistos en años.

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Tal es el caso de la petrolera estadounidense Chevron, que en lo que va del año acumula una ganancia de 34%. Otro gigante petrolero, la neerlandesa Royal Dutch Shell, anota un alza 39% en ese mismo lapso, mientras forzosamente disminuye su negocio de oil & gas. La lista no termina ahí e incluye a otras firmas como la británica BP, la francesa Total, la saudí Aramco, entre otras.

“Si sube el precio del petróleo, suben las acciones petroleras, y es lo que hemos estado viendo en los últimos meses”, dijo Ramsé Gutiérrez, codirector de inversiones del administrador de activos Franklin Templeton.

En lo que va del año, el precio del crudo estadounidense, WTI, y del referente para el mercado europeo, Brent, han subido más de 60% a más de 80 dólares por barril, un nivel no visto desde hace siete años.

No es el único energético que ha tenido esta racha, el precio del gas natural y el carbón también han registrado alzas de alrededor de 70% en el año.

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¿Qué está elevando el precio de los energéticos?

Se trata de una combinación entre la creciente demanda para abastecer reservas que serán usadas para calentar los hogares en el próximo invierno y mantener el repunte de las actividades económicas tras la pandemia, y una oferta de combustibles limitada que mantienen los principales exportadores de petróleo, aglutinados en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Sin embargo, a diferencia de otros años, en esta ocasión la oferta tiene otras dos limitaciones para ponerse al corriente con la demanda: la desinversión en energías fósiles, para combatir el cambio climático, y una incipiente inversión en energías renovables.

Algunas de las consecuencias de este caótico escenario lo vemos en las noticias internacionales: desde apagones en China hasta desabasto de gasolina en Reino Unido.

“La generación de energías renovables ha sido decepcionante este año, obligando a muchos países a depender más de la generación de electricidad a base de gas natural”, comentó Ryan McGrail, analista de investigación crediticia Loomis Sayles, filial de la gestora de activos Natixis IM. “Si los inventarios de gas llegan a niveles muy bajos y el carbón ya no está disponible, algunos deberán optar por la generación a base de petróleo”, agregó.

El precio de las acciones de las petroleras se mueve en el mismo sentido que el precio de los energéticos. De ahí el rebote de este año; sin embargo, aún quedan lejos de sus máximos históricos de 2007.

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¿Cuánto tiempo más seguirá subiendo el precio de los energéticos?

Gutiérrez cree que esta situación no resultará en algo más allá de lo anecdótico. El especialista prevé que este boom en los precios de las petroleras y de los energéticos será pasajero, debido a que “la mayoría de las inversiones se están dirigiendo hacia las energías más limpias”. “Este invierno va a haber un mayor uso de energías fósiles, pero será pasajero”.

Este argumento encuentra eco en los planes, particularmente, de los países desarrollados para reducir las emisiones de dióxido de carbono hasta cero. La Agencia Internacional de Energía señaló en un reporte de perspectivas globales que para lograr la meta de cero emisiones de dióxido de carbono en 2050 es necesario no invertir en nuevos proyectos de combustibles fósiles a partir de 2022.

Otros analistas como McGrail consideran que los precios del gas y del carbón seguirán siendo altos por al menos el próximo año, cuando los países aseguren los suministros para el invierno que se avecina.

A pesar de esta alza en los precios de los combustibles, el combate contra el cambio climático y el activismo de algunos inversionistas ha presionado a las petroleras privadas a reducir su capital en nuevas plataformas, en particular en Europa. Por ejemplo, Shell vendió una serie de activos en la cuenca pérmica de Estados Unidos, rica en shale, a su rival estadounidense ConocoPhilips por 9,500 millones de dólares.

Sin embargo, el incentivo para migrar de manera más acelerada no resulta tan sencillo para las petroleras estatales. Las petroleras como Aramco, cuyos ingresos alimentan las arcas públicas, difícilmente harán a un lado esta oportunidad. Como muestra está la decisión de la OPEP de no abrir la llave de la producción a pesar de una creciente demanda. “Estás en un boom de energía que es autocausado”, comentó Gutiérrez.

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