Ni contigo, ni sin ti. Una frase que bien describe el dilema de la producción y uso de energías fósiles: a la vez que varias potencias mundiales impulsan la reducción de su uso y migran hacia energías sustentables, están demandando más petróleo y su precio se ha disparado más de 50% en lo que va del año. Una situación que también ha sido provocada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Esta semana, tras conocerse que los gigantes exportadores de petróleo habían decidido no acelerar la producción petrolera, los precios del crudo tocaron récords no vistos en siete años: el contrato West Texas Intermediate (WTI), que es utilizado como referencia para el mercado estadounidense, alcanzó los 78.93 dólares por barril, su nivel más alto desde 2014. El Brent subió a 82.56 dólares por barril, su mayor precio desde 2018, de acuerdo con Bloomberg.