La subida en las tasas de interés es una manera de atraer inversionistas a países en los que no confían del todo, ya sea porque han tenido depreciaciones en sus monedas o inflaciones que se han salido de control. En un escenario en el que los bancos centrales de países desarrollados comienzan a subir las tasas, la diferencia con respecto a las tasas de los países emergentes tiene que ser mayor para aminorar las fugas de capital.
“Banxico va a seguir subiendo tasas para no perder la credibilidad”, comenta Jorge Marmolejo, gestor de portafolios de la firma Franklin Templeton. “La lógica para seguir subiendo las tasa de interés es no perder la credibilidad en desanclar las expectativas de largo plazo”.
Entre los factores que también observan los inversionistas extranjeros se encuentran los ingresos y ahorros que tenga el país para cubrir la deuda financiera, así como el nivel de endeudamiento.
De momento, estos factores juegan en favor de México que aún mantiene el grado de inversión, a diferencia de Brasil o Rusia. Sin embargo, con la presión de la Fed, las últimas decisiones en la política local y el estancamiento en el crecimiento económico de México, el nerviosismo entre inversionistas comienza a elevarse y, por ende, las apuestas al peso mexicano a través de instrumentos de renta fija podrían no ser tan atractivas.
Un reflejo de este nerviosismo se observa al comparar el promedio de volatilidad de la moneda mexicana con el real brasileño, una moneda de otro país emergente. En seis meses el diferencial en el índice de volatilidad con respecto al dólar, que elabora el centro de investigación Volatility and Risk Institute, se ha cerrado a un mínimo de casi dos puntos porcentuales. Hasta ahora, el promedio de volatilidad del peso se ubica en 8.7%, aún por debajo del real brasileño (10.6%) o del rand sudafricano (12.3%), de acuerdo con datos del V-Lab, unidad de dicho centro de investigación.
Para Marmolejo el atractivo entre los inversionistas extranjeros por bonos mexicanos se irá perdiendo si continúa el “deterioro consistente” sin invertir en proyectos productivos que apoyen el crecimiento a largo plazo. “Hoy por hoy vamos bastante mal, no solo en deuda, sino en renta variable”, agrega.
Frente a este escenario, en 2022 todos los ojos estarán puestos en Banco de México, cuando por primera vez Victoria Rodríguez Ceja, quien tomará el asiento de gobernadora, emitirá su primera votación y postura en política económica.