Más del 80% de la nueva carga de la deuda del año pasado provino de los mercados emergentes, donde la deuda total se acercó a los 100 billones de dólares, dijo el IIF en un informe anualizado.
Eso implica que los mercados emergentes comenzaron el 2022 enfrentando necesidades de refinanciamiento récord justo cuando la Reserva Federal de Estados Unidos se prepara para aumentar las tasas de interés después de años de costos de endeudamiento ultra bajos.
"Si bien el ritmo de acumulación (de carga financiera) se desaceleró en 2021, los niveles de deuda de los gobiernos de mercados emergentes siguen siendo elevados", escribieron los autores del reporte de IIF.
"Esta desaceleración está en línea con la moderación en los déficits presupuestarios gubernamentales observados el año pasado. Sin embargo, desde el comienzo de la pandemia, algunos gobiernos de mercados emergentes parecen depender más de los préstamos fuera del presupuesto", dijeron, señalando el aumento de los niveles de deuda corporativa en China, Rusia y Arabia Saudita.
La mayor parte del salto en las relaciones deuda/PIB de los países se produjo en los mercados emergentes.
El IIF también señaló que la gran mayoría de la deuda adicional de los mercados emergentes el año pasado fue emitida en moneda local y su participación es la más alta desde 2003.
Esto se produjo en un momento en que la pandemia redujo drásticamente el apetito de inversores extranjeros por activos en moneda local: con un 18%, la participación externa en los mercados de bonos locales está en su nivel más bajo desde 2009.
Aquellos países que dependen en gran medida del endeudamiento externo enfrentan mayores riesgos por la confianza tambaleante del mercado y el aumento de las tasas de interés de Estados Unidos.