“La razón principal para vender acciones bancarias hoy sería la anticipación de que la Reserva Federal será demasiado agresiva con su política monetaria en sus esfuerzos por reducir la inflación, lo que provocará que la economía estadounidense entre en recesión en 2022”, escribió en una nota el analista de RBC Capital Markets Gerard Cassidy.
La brecha entre las acciones bancarias y los rendimientos ha crecido en las últimas semanas en medio de preocupaciones de que un fuerte endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal erosionará el crecimiento económico, reduciendo la demanda de préstamos y obligando a los bancos a aumentar sus asignaciones para préstamos incobrables. El índice bancario KBW ha caído casi un 19% desde que alcanzó un máximo histórico a principios de enero, mientras que el rendimiento del Tesoro a 10 años ha aumentado.
Es una dinámica que ha cambiado drásticamente desde principios de este año, cuando los bancos y los rendimientos se movían al alza de manera confiable, y los operadores consideraban que las acciones financieras eran la operación de valor distintiva.
En ese entonces, la apuesta era que los rendimientos más altos se traducirían en mayores ganancias bancarias y márgenes de interés netos más amplios. En 2021, el índice bancario KBW aumentó 35%, lo que brindó a los inversionistas sus mejores retornos desde 2013 y casi alcanzó su mayor aumento desde 1997.
Ahora la lógica parece estar cambiando, y los analistas están teniendo en cuenta el impacto negativo de un crecimiento económico más lento. Analistas de Goldman Sachs liderados por Richard Ramsden dijeron la semana pasada que la rentabilidad podría sufrir en un escenario de estanflación, pero el impacto sería más suave que durante una recesión normal.
Los inversionistas estarán atentos a las actas de la reunión de la Reserva Federal, que se publicarán el miércoles por la tarde. El comunicado ayudará a dar al mercado una pista sobre el ritmo de las próximas alzas de tasas de interés, así como la rapidez con la que el banco central planea reducir su balance. Los operadores actualmente apuestan a que la Fed aumentará las tasas en otros 225 puntos básicos para fin de año, en lo que sería el ciclo de ajuste más intenso desde 1994.